Un grupo de trabajadores del Patronato de Liberados de la provincia de Buenos Aires, con base en distintas localidades bonaerenses, está reclamando desde hace tiempo por las condiciones laborales en las que desarrollan su tarea dentro y fuera del organismo.
Este lunes llevaron adelante una jornada de lucha frente a la sede central del organismo en La Plata y definieron un paro para los próximos días.
"Hoy se cumplen 10 años del femicidio de nuestra compañera Laura Iglesias, trabajadora social del Patronato de Liberados de Miramar, que fue violada y asesinada en el 2013 mientras se encontraba trabajando, y en el 2015 se llevó a cabo el juicio donde resultó condenado Esteban Cuello, aunque las pericias indicaron que habría más participantes en el crimen pero la investigación está detenida", recordó Hipólito Demo, psicólogo y trabajador del Patronato, a Info Blanco Sobre Negro.
"En su momento también denunciamos a los responsables políticos del caso, Daniel Scioli, Ricardo Casal y Alejandra López, que negó que Laura haya estado trabajando cuando la mataron. Actualmente seguimos reclamando porque hay continuidad de la precarización laboral, las compañeras siguen haciendo campo sin ningún protocolo de cuidado, sumado a que sacaron la bonificación especial, aumentaron la cantidad de horas y la perspectiva de género está ausente, algo que el fallo intimó a implementar", agregó el trabajador.
"Ahora también están haciendo intrusismo en la profesión, se meten en la intervención profesional de las compañeras, le dan esa tarea a gente que no es profesional y está precarizada, y hay una política clientelar en la parte asistencial", denunció Demo.
Vale destacar que en el Patronato de Liberados se supervisan varias figuras procesales: los liberados condicionales, suspensión de juicio a prueba, libertad asistida, los cumplidos, arrestos domiciliarios, entre otras.
La o el trabajador social, como parte de su incumbencia, realiza visitas domiciliarias para completar informes sociales o lo que considere necesario en función de su intervención. Además, acompaña a la población en su proceso de revinculación social.
"La intervención tiene que ver con las demandas que surgen pero lamentablemente desde la institución las respuestas son políticas focalizadas, programas para vivienda de montos insuficientes; el PAL, que es un subsidio por única vez que no alcanza; y el microemprendiemiento, también de alcance muy acotado", detalló una trabajadora social del Patronato a este medio.
"El problema es que no hay ninguna instancia de diálogo donde se puedan delimitar las tareas, no hay claridad en las mismas, no se tiene en cuenta los saberes de las compañeras, y el presidente del Patronato, Aníbal Hnatiuk, ha cortado todo diálogo, solamente habla con un representante gremial de ATE Provincia que no convoca plenarios, entonces es muy difícil establecer acuerdos", añadió el trabajador.
"Sumado a esto, el año pasado implementaron las cuarenta horas de manera falsamente optativa, y además se quitó la bonificación por tarea especial, una conquista donde se reconocía el desgaste físico y emocional de la tarea, ya que escuchamos historias de vida muy sufridas y buscamos recursos donde no hay para encontrar soluciones", resaltó Demo, y destacó que "las compañeras tienen una frase que dice: 'que la política pública no sea nuestro cuerpo', no hay más que eso a nivel recursos".
Por otro lado, en cuanto a la relación liberados - trabajador social, la ley establece 30 - 1; pero, según el entrevistado, en los últimos años casi 400 trabajadores renunciaron "por el desgaste y maltrato". Y si bien fue incorporado nuevo personal ocurrió "en menor medida" de los que se fueron, y los que ingresaron al organismo "no tienen las herramientas profesionales y se los está exponiendo a tareas muy complejas, además de exigir trabajos que no corresponden", advierten los trabajadores.
"Además, no se avisa a las compañeras que va a intervenir otra persona en su caso, lo que se llama intrusismo en la profesión", añadió Demo, y detalló que "se realizan intervenciones por parte de personal no profesional, que tienen consecuencias graves vulnerando en muchos casos derechos de la población".
Entre las cuestiones que los trabajadores sociales deben resolver están los temas de salud, "donde no hay recursos para medicamentos", o "programas que demoran en salir porque están tremendamente burocratizados", y "las compañeras terminan siendo ambulancias, interviniendo ante la Justicia, la Defensoría o resolviendo cosas por fuera de su horario laboral", reseñó Demo.
"Por ejemplo, yo soy psicólogo y estoy solo para todo Berisso, es imposible abordar todas las situaciones, los centros de prevención de adicciones están desbordados, hay que hacer malabares para garantizar el tratamiento de una persona, y en muchos casos hay compañeros que están excedidos de la proporción 30-1 y en este momento tienen 200 supervisados, que frente a este hostigamiento y bajos salarios renuncian y el Patronato readecua la tarea a la cantidad de personal que hay, entonces se hace muy difícil sobrellevar la tarea", indicó el trabajador a este medio, y aseguró que "cuando algo falla se le echa la culpa a la trabajadora social".
"La carencia de psicólogos además es alarmante. Y el trabajo de la forma en que está planteado es insostenible, por lo que los que ingresan en muchos casos renuncian pronto", concluyó el entrevistado.