

Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, Argentina tiene una elevada prevalencia de sobrepeso (36.2%) y obesidad (25%), que afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables.
Además, según datos del programa SUMAR presentados recientemente por el Ministerio de Salud de la Nación, el exceso de peso de la población con cobertura de salud del sector público alcanzó en el año 2016 al 37% de niños, niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años.
En el período 2005-2018, la obesidad en el país se incrementó un 74% y considerando que más del 50% de la población en Argentina tiene exceso de peso, similar a lo que ocurre en el resto del mundo, se puede hablar de una epidemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó que la obesidad sería la pandemia del siglo XXI, que se relaciona con la adopción de estilos de vida no saludables tales como sedentarismo, estrés crónico y hábitos alimentarios perjudiciales para la salud.
En las últimas décadas, se registró un aumento en el consumo de carbohidratos refinados, en particular de los denominados jarabes de maíz ricos en fructosa, un factor de riesgo importante para la diabetes y obesidad.
El tema es investigado por el Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENEXA), perteneciente a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y al CONICET.
Vale destacar que si bien la fructosa se encuentra naturalmente en alimentos como frutas y miel, se utiliza como ingrediente agregado de ciertos productos procesados como las gaseosas y jugos.
"Nuestra investigación consiste en analizar el efecto de la administración de dieta enriquecida en fructosa sobre diferentes órganos ligados de algún modo al desarrollo de obesidad y diabetes. Pretendemos conocer la secuencia cronológica de eventos disparados por esta dieta sobre ratas normales. Los resultados obtenidos demuestran que la administración de fructosa induce la aparición asincrónica de alteraciones siendo la dislipemia (hipertrigliceridemia) y el depósito hepático de lípidos los primeros cambios registrados a una semana de tratamiento”, destacó el doctor Flavio Francini, director de CENEXA.
“A estas alteraciones se suman aumento del estrés oxidativo, e inflamación hepática e insular, finalizando con disfunción de células pancreáticas productoras de insulina, e insulinorresistencia a partir de la tercera semana de dieta no saludable”, agregó el investigador.
Cabe destacar que las alteraciones inducidas por esta alimentación no saludable en animales de laboratorio son similares a las descritas en lo que se conoce como síndrome metabólico en humanos. Esta característica permite utilizar el modelo murino para luego poder pensar en qué es lo que está ocurriendo en humanos.
Dicho de otro modo, el conocimiento del curso temporal de los efectos deletéreos de la fructosa en ensayos con ratones puede ser de utilidad para el desarrollo de estrategias de prevención de la progresión de prediabetes a diabetes tipo 2, disparada por dietas no saludables.
Al respecto, Francini detalló que ”el aumento de diabetes tipo 2, como de obesidad, se relaciona con la adopción de estilos de vida no saludables, tales como sedentarismo, estrés crónico y hábitos alimentarios perjudiciales para la salud. Es interesante destacar que la reciente pandemia de COVID-19, y el aislamiento preventivo obligatorio, incrementó la adopción de estos hábitos y consecuentemente el porcentaje de sobrepeso y obesidad, y el riesgo de padecer enfermedades asociadas”.
Por último, el investigador destacó que "tanto obesidad como diabetes deben ser considerados problemas multicausales y, por lo tanto, requieren un abordaje no solo multisectorial sino también multidisciplinar".
"Lo vemos como un problema de salud, pero también es económico y de educación. Desde nuestro grupo venimos trabajando en distintas líneas que buscan generar evidencia para apoyar esta idea del abordaje que involucre a todos los sectores. Pero tal vez lo que falte son acciones multisectoriales más coordinadas, superadoras de iniciativas de pocos actores sin un ataque integral del problema”, concluyó Francini.