

Los relojes de hombre son mucho más que un accesorio para ver la hora. Hoy marcan un estilo que cualquiera puede llegar a querer, desde más deportivos hasta más elegantes, incluso más llamativos o discretos.
Lo que marca la diferencia en los relojes además del aparato en sí, ya sea digital o analógico, es que sus correas son intercambiables. Es decir, si por ejemplo tienes un plan casual, puedes optar por una malla de cuero marrón o negra, ahora bien, supongamos que quieres lucir más formal o elegante, puedes elegir una de acero plateada.
La mayoría de los accesorios para la ropa, ya sea pulseras, anillos, entre otros pueden llevar a la duda respecto a cómo usarlo y en especial los relojes para hombre.
Por costumbre se suele decir que los relojes van en la muñeca opuesta a la “útil”. En otras palabras, si una persona es diestra, usará su accesorio en la mano izquierda, y en el caso de que sea zurda, llevará su reloj en la muñeca opuesta.
Esta elección se da por una cuestión de proteger el accesorio, ya que si se elige lucir el reloj en la mano con la cual la persona hace sus tareas cotidianas, hay riesgos de que el accesorio sufra roces o golpes por accidente.
Sin embargo, la mayoría de las personas suele pensar que los relojes van en la muñeca izquierda pero porque ese pensamiento se asocia a que la mayoría de las personas son diestras mientras que solo el 15% de la población zurda a nivel mundial.
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De todas formas, para entender esa reflexión se debe ubicar en el 1800, época en la que la gente utilizaba reloj de bolsillo. En el siglo XIX, todos los hombres llevaban relojes de bolsillo, ya que los relojes de pulsera eran considerados de mujer.
Estos se guardaban en el bolsillo de las chaquetas, de los chalecos o de los pantalones. Como consecuencia, los sastres empezaron a crear bolsillos específicos en los trajes de los hombres pensados exclusivamente para guardar su reloj. Además, para mayor comodidad, estos eran creados en el lado izquierdo, para que los hombres pudieran sacar el reloj con su mano útil, que para la mayoría de la sociedad era la derecha.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, en el siglo XX, se comenzó a extender el uso de los relojes de pulsera entre los hombres. Esta moda fue impulsada por los militares, en concreto los pilotos de combate, que necesitaban poder mirar la hora sin apartar las manos de los mandos de vuelo y tener la derecha libre para poder maniobrar.
Con ellos empezó esta tendencia que ha perdurado a lo largo de los años y que ha conseguido que, a día de hoy, los hombres no se quiten el reloj de la muñeca.
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Con el paso del tiempo, la moda influyó bastante en este tipo de accesorios, ya que empezaron a mostrarse los relojes en la mano derecha, lo que tuvo rápidamente gran aceptación. Era una forma de darle algo más de protagonismo a este complemento y de lucirlo de una forma mucho más destacada delante de los demás.
Incluso, tanto en los modelos de hombre como de mujer, se empezaron a fabricar relojes de un tamaño considerable para ser más vistosos y llamar más la atención, ya que apuntaba a aumentar la elegancia de la persona.
De hecho para más utilidad social, es más práctico llevarlo en la mano contraria a la que se utiliza para escribir, para tomar una copa, etc ya que si por ejemplo, alguien te pregunta la hora es y tenés una copa en la mano, recuerda cambiar la copa de mano antes de girar la muñeca para ver el reloj.
Tip: Que una persona utilice reloj transmite que la misma es responsable y que le importa el tiempo ajeno. ¡Procura tenerlo en cuenta!
A pesar de todo, elegir el brazo en el que ponerse el reloj solo debe depender de ti, de tus preferencias y de cómo te sientas más a gusto con él. Así que ya sabes, ¡Sé libre y lleva el reloj como quieras!