

Las imágenes de satélite no son una tecnología nueva, pero sí es cierto que su popularidad ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Los avances de las últimas décadas en resolución o la mayor revisita de los satélites hacen de ellas uno de los medios más importantes y avanzados para monitorizar nuestro planeta.
Gracias a ellas, no solo algunos sectores comerciales se ven beneficiados por una tecnología que puede mejorar su negocio optimizando ciertas actividades, también sirven para monitorizar el medioambiente y cómo va cambiando a lo largo del tiempo. En definitiva, las imágenes de satélite son clave para identificar, medir y controlar la actividad humana y su huella.
Aplicaciones de las imágenes de satélite
Una de las mayores ventajas de las imágenes de satélite radica en su versatilidad, pudiendo usarse en diferentes tareas y sectores. Asimismo, el cada vez mayor acceso gratuito a imágenes de satélite facilita la experimentación, abriendo la puerta a otros usos potenciales en el futuro. Algunas de las aplicaciones más frecuentes de las imágenes de satélite son las siguientes:
Imágenes de satélite en la agricultura
Si hay un sector en el que las imágenes de satélite han experimentado un verdadero boom es el de la agricultura y no es difícil entender por qué. Cuanto más grande es un campo, más complicado es estar al tanto de cualquier problema que pueda surgir y caminar por él en busca de esos problemas es costoso e ineficiente. Las imágenes de satélite permiten ver el estado de un campo y de las plantas de un vistazo y, además, sirven de base para la aplicación de índices espectrales, que revelan información no siempre visible, gracias a su visualización en diferentes longitudes de onda.
Así pues, índices como el NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada) permiten evaluar la salud de los cultivos a distancia, ya que la luz del infrarrojo cercano se refleja en las hojas de las plantas y está estrechamente relacionado con la cantidad de clorofila de la planta. Una planta sana reflejará más luz del infrarrojo cercano que una planta enferma o mustia. Otros índices de vegetación pueden reflejar otras características de las propias plantas; por ejemplo, el NDMI (Índice de Humedad de Diferencia Normalizada) muestra si las plantas sufren estrés hídrico, mientras que el LAI (Índice de Área Foliar) suele usarse para estimar la superficie foliar y predecir el crecimiento y rendimiento de las plantas.
Para usar información, basta con encontrar algunas imágenes satelitales gratis y una plataforma que permita analizarlas con esos índices. Además de esto, las plataformas usadas en agricultura también cuentan con otras increíbles funciones basadas en imágenes de satélite: predicción del rendimiento de los cultivos, monitorización de las condiciones del suelo, clasificación de los tipos de cultivo de una región o país o la detección de los límites de cada campo.
El papel de las imágenes de satélite en la lucha contra el cambio climático
Las imágenes por satélite se han convertido en una herramienta indispensable para comprender mejor y mitigar los efectos del cambio climático. Algunos eventos meteorológicos son cada vez más difíciles de predecir, por lo que realizar una monitorización continua puede ayudar a comprender la nueva realidad del sistema climático de nuestro planeta.
Otro uso clave está relacionado con la monitorización de las capas de hielo y los glaciares de la Tierra. A medida que la temperatura global sigue aumentando, el deshielo de estas enormes formaciones de hielo contribuye a elevar el nivel del mar, lo que a su vez amenaza a las comunidades costeras y a los ecosistemas de todo el mundo. Al detectar cambios en la masa y el grosor del hielo, se cuenta con información crucial para predecir el futuro aumento del nivel del mar y desarrollar estrategias para mitigar su impacto.
Otro de los problemas asociados al cambio climático está relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque los bosques y los océanos funcionan como sumideros de carbono, se ha de cuantificar su capacidad para saber si retienen suficiente carbono y, al mismo tiempo, desarrollar políticas y estrategias dirigidas a reducir las emisiones. Otros usos relacionados con el cambio climático son la monitorización del ciclo del agua de la Tierra, la monitorización de la salud de los ecosistemas de la Tierra o los cambios en el uso del suelo.
En definitiva, las imágenes de satélite se han convertido en una herramienta vital en la lucha contra el cambio climático, ya que ofrecen una visión sin precedentes. Dado que revertir todos estos cambios llevará años, la importancia de los datos satelitales para orientar la investigación y las políticas irá en aumento, contribuyendo a garantizar un futuro más sostenible y resistente para todos.