viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 30 nov 2020

El ex capellán del Colegio San Vicente de Pau

Ordenaron la detención del cura platense Raul Sidders por “abuso sexual gravemente ultrajante”

La justicia ordenó su detención. El fiscal había solicitado la medida por la gravedad del delito y la existencia de ''riesgo de fuga''.



El juez de garantías Carlos Agustín Crispo ordenó la detención que había sido solicitada la semana pasada por el fiscal Álvaro Garganta. El sacerdote es acusado de haber abusado sexualmente de Rocío, una niña de 11 años, ex alumna del Colegio San Vicente de Paul, donde Sidder oficiaba de capellán.

Según la denuncia, Rocío sufrió abusos por parte de Sidders entre sus 11 y 14 años dentro del colegio religioso ubicado en diagonal 80 y 115.

“En séptimo grado, recuerdo que era invierno, en los recreos, adelante de todos, me hacía poner mis manos en los bolsillos de su sotana porque decía que yo tenía las manos frías y me hacía sentir su erección. Esto ocurrió cuatro o cinco veces”, relató la menor.

“Asimismo y en las habituales ocasiones en las que le recibía el sacramento de confesión corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse, realizar sexo oral y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”, precisó el fiscal en su escrito.

Además, otros alumnos varones del colegio relataron que capellán los hacía masturbarse y eyacular para guardar su semen en frascos.

Actualmente, Sidders cumple funciones en el obispado de Puerto Iguazú. Garganta remarcó que solicitó su detención por la elevada pena del delito y porque su zona de residencia es fronteriza, advirtiendo entonces que hay “elementos suficientes para sostener el riesgo de fuga del mismo en caso de ser hallado culpable”.

Los abogados de la denunciante además hablaron de la existencia de un "encubrimiento de la jerarquía eclesiástica" que "se manifiesta en que, a pesar de la causa en su contra, Sidders mantiene tanto su cargo eclesiástico como público, ya que también es capellán de la Gendarmería Nacional".

Al cura le imputan el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de su realización doblemente agravado y corrupción de menores agravada, en concurso real”.

El fiscal consideró como evidencias el testimonio de la presunta víctima, el de su madre y el de una amiga con quien, además, iban juntas al colegio. También tomó nota del informe psiquiátrico que describió como “claro, coherente y lógico” el discurso de la denunciante, al que declaró “veraz” y con un criterio compatible con “trastorno de estrés postraumático” por “agresión sexual”.

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