Durante los últimos meses se acentuaron las quejas y denuncias de los vecinos que hablan del mal servicio de distribución y la mala calidad del agua que llega a los domicilios. El caso más relevante aconteció en Gonnet donde debido a la salinización de las napas la justicia ordenó distribuir agua envasada a los vecinos.

“La falta de planificación de inversiones en la red de distribución de agua potable, junto con la desidia del gobierno municipal que no ejerció su rol de contralor garantizando que se cumpla con lo establecido en los distintos contratos o convenios, llevó a que se repitan los cortes de suministro y, en la mayoría de los casos, que no haya suficiente presión como para llenar los tanques domiciliarios”, aseguró el referente local del espació de Margarita Stolbizer.

“En esta situación también tiene parte el Estado que aprobó el nuevo Código de Ordenamiento Urbano (COU), sin realizar ningún análisis de factibilidad ni plan de obra para la empresa prestadora de servicio”, agregó.

“Más allá de todo, la peor situación se vive con la calidad del agua que llega a los domicilios, está comprobado por distintos estudios independientes la presencia de contaminantes y bacterias que ponen en riesgo la salud de los vecinos. A simple vista se observa la presencia de sustancias que colorean el líquido y algunos sólidos de consistencia arenosa que impiden la ingesta”, denunció el edil.

“Esta mala calidad del producto, obliga a los vecinos a abastecerse de agua por su cuenta comprando bidones, lo que implica un gasto innecesario ya que también están obligados a pagar las boletas de ABSA por un servicio que no presta”, continuó.

“Dentro de las prestaciones que no cumple ABSA, también está la falta de mantenimiento sobre las cañerías de distribución que en el casco urbano y parte de la periferia muestran pérdidas constantes que no sólo afectan la presión sino que también deterioran veredas y asfalto, afectando el patrimonio de los platenses”, expresó el dirigente del GEN que elaboro un mapa de las pérdidas que señala que en La Plata se desperdician más de 500 mil litros de agua diarios.

“La solución, en una primera medida, es que el Estado de una vez por todas ejerza la representatividad que le otorgaron los vecinos y obligue a la empresa ABSA a cumplir con un plan de desarrollo e inversión que en el corto plazo regularice el servicio. En el mismo sentido, el propio Estado, debe organizar y planificar el desarrollo de un ente regional que en el mediano plazo reemplace el servicio de ABSA y garantice la provisión de agua potable de buena calidad y a bajo costo”, consideró Crespo.