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A tan solo una semana de iniciadas las clases -luego de un año con los colegios cerrados- los gremios SUTEBA, FEB y SADOP resolvieron adherir a un paro convocado internacional de Mujeres Trabajadoras convocado para el 8 de marzo.

Info Blanco Sobre Negro consultó a dirigentes de los gremios convocantes, que lejos de desmentir o matizar el anuncio, lo confirmaron.

Por ejemplo, SADOP lanzó este comunicado de prensa, donde se elude mencionar o hacer referencia al largo período donde las escuelas permanecieron cerradas por la pandemia:

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El Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) adhiere al Paro Internacional de Mujeres Trabajadoras, el próximo Lunes 8 de marzo.

Nuestra organización representa un colectivo de trabajo integrado mayoritariamente por mujeres (88% nivel primario/74 % secundario) y en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la medida resuelta por el Consejo Directivo Nacional de SADOP, se da en repudio a la violencia y el maltrato en los lugares de trabajo como así también en reclamo por salarios justos y dignas condiciones de trabajo y medio ambiente laboral para todas y todos los docentes privados del país.

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Apenas comenzó a circular en la mañana del viernes el rumor sobre la posibilidad de que SUTEBA, FEB y SADOP llamaran a la "sorpresiva" huelga, este portal comenzó a consultar a dirigentes y voceros gremiales de distintas entidades.

Desde ATE aclararon que pese a que adhieren a las actividades previstas para ese día, sus afiliados concurrirán a sus lugares de trabajo, al igual que lo que señalaron desde UDOCBA.

"Todos los años se realizan este tipo de actividades y se hace un paro" justificaron voceros ligados a SUTEBA, como si la larga espera de alumnos y alumnas, docentes, madres y padres que ansiaban el retorno a la presencialidad en las escuelas no fuera parte de lo que debate la sociedad de la que forman parte.

Pero es más: no sólo no convocan a dar clases en forma presencial, sino que, aclararon, tampoco lo harán en forma virtual.

Todo un despliegue de simbolismos, consignas y apego al calendario y la conmemoración que parece apuntar a, sin quererlo, divorciar los reclamos del sector, sus organizaciones y sus luchas con el resto de la sociedad. "Sí, es irritante, lo reconozco", dijo una dirigente de la FEB a este portal.