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"No soy peluquero, soy barbero", aclara Andrés Oliva, un joven que vive en Berazategui y viaja a La Plata de domingo a jueves para "rasurar" al aire libre, frente a la Catedral de La Plata.

No es un oficio, el de barbero, que esté ligado a las nuevas tecnologías. Ni se trata tampoco de un trabajo de moda. Más bien es del siglo pasado. Pero en otros países se puede observar con más frecuencia.

"Es como en Europa, que es normal que en espacios públicos haya gente que realice esta tarea", explicó Andrés ante la consulta de Info Blanco Sobre Negro.

La imagen de fondo de la Catedral invita a los transeúntes a observarlo. Tanto contraste no es muy frecuente en la histórica plaza donde fue colocada en 1882 la piedra fundacional de La Plata.

Andrés nos contó que más que afeitar barbas lo que hace es un rasuramiento también llamado "degradé". Está "muy de moda en esta época, sobre todo en mujeres", explica. Y aclara en el diálogo con este portal: "No tengo práctica en peluquería".

También contó que lo suelen contratar para trabajos a domicilio, pero que su principal fuente de ingreso está ahí, en el centro del trazado original de la capital bonaerense. Frente del Palacio Municipal, y también a los gigantes de cemento y acero que sirven como sedes administrativas, las Torres I y II.

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El oficio que practica lo llevó a trabajar en centros turísticos importantes, como Brasil, Uruguay y otras provincias argentinas.

"Hoy no se puede, está muy difícil por los controles que hay en cada país por la pandemia", explica.

En verano Andrés llega a La Plata cerca de las 15 ó las 16 y se queda hasta las 22 horas.

No puede estimar cuántos son sus ingresos mensuales, pero a cada corte lo cobra 300 pesos.

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Se puede contactarlo por Instagram, en la cuenta que promociona con una gorra: