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Luis Salamanca, director del centro cultural La Salamanca, habló con Info BLANCO SOBRE NEGRO y contó: “Los inspectores vinieron dos veces. El domingo nos hicieron un acta de constatación a partir del llamado de un vecino. Nosotros estábamos cumpliendo con todos los protocolos, eran las 11 de la noche y la gente estaba en el patio. No nos clausuraron y nos dijeron que no habría problemas”.

Y continuó: “Sin embargo el lunes vinieron otros inspectores que directamente nos pusieron las fajas. Nos trataron como si se tratase de un local comercial y nos pidieron papeles que obviamente no tenemos. El acta del día anterior se la llevaron”.

“Lo que más nos dolió de lo que sucedió es que amenazaron a sacar al público con la policía. Si nos enojamos salimos a la calle, no sería la primera vez”, expresó Salamanca.

Los centros culturales de La Plata fueron regularizados en 2015 por la ordenanza 11301. Sin embargo, por las dificultades que tienen los espacios para cumplimentar todas las exigencias, se aprobaron sucesivas prórrogas. Mientras tanto pueden funcionar con permisos provisorios.

“Todos los gobiernos nos clausuraron. El tema de fondo es que el Estado no sabe qué hacer con los lugares como el nuestro. Nosotros estamos inscriptos en el Registro de Centro Culturales pero tiene sus complicaciones que la pandemia agudizó. Todos tienen problemas para cumplir con todos los requisitos que exige la normativa”, explicó Salamanca.

El histórico centro cultural ligado se mudó hace poco más de un año de la esquina de Avenida 60 y calle 10 a un nuevo lugar ubicado en calle 5 entre 61 y 62.

Luego de la clausura, los encargados del centro cultural fueron hasta el juzgado de faltas pero todavía no estaba el acta de clausura. “Creemos que hay una cuestión política. Nosotros hacemos público nuestro posicionamiento a diferencia de muchos que juegan  a las escondidas”, opinó el director del centro cultural que en las últimas elecciones militó por la candidatura a intendente del ex juez Luis Arias.

Y cuestionó: “En La Plata hay muchos lugares funcionando con cientos de personas hasta cualquier hora. Pareciera que hay preferencias”.

“Esta pandemia la hemos pasado muy mal, con un gran ahogo económico, como todos los espacios. Tenemos 36 años de funcionamiento y hemos visto todo. Durante la dictadura hemos sido un espacio de resistencia. Esto no es nuevo, con todos los gobiernos hemos tenido problemas”, reforzó.