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Información General | 20 feb 2020

Los detalles

¿Cuál es la diferencia entre imagen corporativa e identidad corporativa?

En el universo empresarial, a la hora de la competencia, es clave construir una identidad clara y generar una imagen positiva en el público. ¿Qué implica cada concepto?



Al igual que las personas, las corporaciones y marcas tienen su propia personalidad, y se esfuerzan por construirla a la medida de metas y expectativas. La identidad corporativa y la imagen corporativa son claves en el camino para dotar a una empresa de una personalidad que la ayude a distinguirse y sobresalir en el mercado.

Para esto, es necesario partir de una distinción inicial de ambos conceptos.

¿Qué es la identidad corporativa? Al utilizar este término, se hace referencia a todo un conjunto de elementos que le permiten a una empresa generar una representación visual frente a los consumidores.

Hablamos de la combinación de colores, diseños y elementos de texto que utiliza una firma con el fin de transmitir una representación visual de sí misma y comunicar su filosofía de negocio. Algunos consejos y ejemplos de identidad corporativa.

En líneas generales, a través de este conjunto de decisiones estratégicas, se busca representar tres variables fundamentales: cómo se ve la compañía a sí misma; cómo desea ser vista por el público; y cómo es reconocida y recordada por otros.

Dichos elementos visuales y tangibles son diseñados por la corporación para expresar sus valores y su personalidad. En síntesis, aquello que la marca desea comunicar sobre sí misma.

A la hora de pensar en la construcción de la personalidad de marca, el psicoanalista Carl Jung realizó un interesante aporte, detallando 12 arquetipos de personalidad sobre los cuales basarse.



La otra idea clave ¿Qué es la imagen corporativa?

A menudo este concepto y el de identidad corporativa se utilizan como si fueran sinónimos. Sin embargo, es preciso conocer qué los distingue para gestionar de manera eficiente la personalidad corporativa.

Si la identidad refiere a la imagen visual que la empresa elabora de sí misma, e intenta comunicar a su público, la imagen corporativa va a hacer referencia a la percepción de la marca que los consumidores se hacen.

Entonces, cuando hablamos de la imagen de una marca, no se hace referencia a las acciones de una empresa dirigidas a mostrarse, sino más bien a cómo el público percibe a la compañía.

En este proceso de construcción identitaria, hay que contemplar que los elementos visuales diseñados y comunicados por la corporación no se insertan en la mente de la gente tal y como son enunciados.

En la conformación de la imagen corporativa intervienen una variedad de factores que tienen que ver, por ejemplo, con la reputación de la marca. En este sentido, hay que tener en cuenta que la percepción del público no está configurada sólo por lo que la empresa dice que es, sino también por lo que hace.

Cuestiones como la atención al público, la eficiencia en las prestaciones o la resolución de conflictos impactan en la percepción del público y, esto se refleja en las referencias que se van generando en la comunidad.

En este sentido, cabe contemplar que aquella identidad que se busca transmitir a través de la comunicación corporativa debe ser reforzada por lo que podríamos denominar una actitud corporativa consecuente.

Una compañía que intenta posicionarse como accesible en el mercado, además de comunicarlo, deberá ofrecer un bien o servicio a menor costo que las alternativas. De esta manera, la marca tiene más posibilidades de que la identidad corporativa que intenta proyectar se refleje en la imagen que el público construye de ella.  











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