viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Universidad | 17 abr 2021

Permitirá ahorrar millones de dólares

Ingenieros de la UNLP desarrollaron la primera batería de litio nacional para alimentar satélites en el espacio

Bajo la marca "Unilitio", ingenieros del Centro de Tecnología Aeroespacial crearon las primeras baterías de uso espacial en base a litio.


Por: Martín Mazzoleni

El Centro de Tecnología Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (CTA - UNLP) fabricó baterías en base a litio de uso espacial para alimentar los próximos satélites que Argentina lanzará al espacio. El desarrollo permitirá ahorrar millones de dólares y avanzar con iniciativas similares en otras industrias vinculadas a este sector estratégico. El desarrollo de baterías como sistemas de almacenamiento de energía es considerado una parte crítica en la fabricación de satélites. El proyecto que están culminando los científicos platenses nació en el marco del Plan Espacial Nacional liderado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), con el objetivo de lograr la sustitución de importaciones e independencia de tiempos de mercado para aprovisionamiento de partes para satélites y lanzadores. Bajo la marca de la UNLP “Unilitio”, los científicos fabricaron una batería de unos 5 kilos diseñadas para satélites con misiones de 4 años de vida útil en vuelo. Ahora realizan los últimos ensayos de validación con el objetivo próximo de poder probarlas en futuros vuelos de la CONAE. En diálogo con Info Blanco Sobre Negro el director del CTA y vicepresidente institucional de la UNLP, Marcos Actis, explicó “A partir de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología venimos trabajando en dos proyectos. El desarrollo de la batería espacial ya está terminando. Ahora trataremos de validarlas en vuelos y si lo logramos ya no deberemos comprar baterías especiales afuera sino que serán fabricadas en el país bajo la marca Unilitio que la Universidad viene desarrollando desde hace más de 10 años”. Actis adelantó que la intención es que una de estas baterías pueda ser incluida como equipamiento secundario en los próximos vuelos de la CONAE y así lograr la certificación final. Sobre los detalles y funcionalidad de este desarrollo, el investigador de la CIC en el CTA Guillermo Garaventa describió: “Los satélites son computadoras muy poderosas que en sus estructuras tienen instrumentos que deben ser alimentados. Cada tanto, los paneles solares reciben sombra de la misma Tierra por lo que deben alimentarse de baterías”. “En función del tamaño del satélite se requieren baterías con distintos volúmenes. Nuestra batería es de energía estándar para alimentar satélites de observación como el SAC-C, el primero que lanzó el país en el año 2000, que pesaba 570 kilos. Sin embargo, como son modulares y escalables pueden acoplarse para alimentar un satélite más grande como el SAOCOM, el último que lanzó el país y que pesó casi 2 mil kilos”, destacó Garaventa. Estas baterías espaciales están compuestas por pilas de litio fabricadas en China, ya que nuestro país no las produce a pesar de ser contar con una de las máximas reservas en el mundo de este mineral estratégico. “Después de muchos años aprendimos a seleccionarlas para que sean todas iguales, algo que es muy importante para desarrollar baterías. Las interconectamos para cumplimentar la energía estándar que necesitaría un satélite estilo SAC-C”, contó Garaventa. El ingeniero explicó que además de uso satelital, haber podido desarrollar este tipo de conocimiento permitiría aplicarlo en baterías para cohetes lanzadores y también podrían emplearse en distintas líneas de equipos de almacenamiento de energía para otras industrias como la automotriz, las energías renovables, los pequeños electrodomésticos y la electrónica. “Las baterías de la serie de cohetes VEx, en el marco del proyecto Tronador, fueron desarrollados en La Plata a partir de un convenio entre la Facultad y la CONAE. Con el tiempo hemos avanzados en nuestros desarrollos y pudimos bajar mucho el peso de las baterías, algo muy importante porque poner un kilo en el espacio cuesta uno 50 mil dólares”, destacó. En cuanto al ahorro que permitiría al país, los científicos señalaron que una batería espacial de este tipo cuesta unos 2 millones de dólares y que el CTA puede producirlas a un tercio de ese valor. “Se pueden ahorrar millones de dólares porque cada satélite lleva al menos dos baterías más una que queda en Tierra para alimentar el módulo de ingeniería”, subrayó Garaventa. Más allá de los desarrollos futuros, el trabajo enfocado en el espacio de este centro de investigación de la UNLP le permitió avanzar en la creación de todas las baterías elaboradas hasta el momento bajo la marca Unilitio. “La ciencia siempre derrama, no es como la economía. Todos los vehículos que hemos implementado desde el Centro Tecnológico Aeroespacial los desarrollamos en base a observar la funcionalidad de los satélites o practicar sobre baterías espaciales”, concluyó Garaventa.              
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