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Política | 8 dic 2023

Lo que nadie dice sobre el nuevo jefe del PAMI que designó Milei, un ex funcionario kirchnerista considerado "recaudador" en el organismo

Ingresó durante la gestión de Graciela Ocaña a la UGL VI (CABA) con un cargo de poca importancia y luego fue ascendiendo en la estructura orgánica del organismo. En los pasillos del PAMI es conocido por su lealtad a las autoridades entre 2005 y 2015, que obedecían fielmente a Máximo Kirchner. Además, Leguizamo fue denunciado por desvíos de fondos, y entre los trabajadores del Instituto tiene fama de "recaudador" y de trabajar "para los laboratorios".


Por: Nicolás Harispe

Durante la gestión de Graciela Ocaña al frente del PAMI fue designado al frente de esa obra social en Capital Federal el médico Carlos Rojo.

El ingreso de este último se produjo en el marco de una estruendosa crisis en esa Unidad de Gestión Local (UGL) que se generó por una grave denuncia penal que recibió el director que lo precedió en el cargo.

Rojo llegó a la sede del organismo en la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en calle Mitre 1340, con un grupo de funcionarios entre los que estaba con un cargo menor, el de subjefe de Prestaciones Médicas, Esteban Leguizamo.

Era un hombre de muy bajo perfil, llamativo por su calvicie, su baja estatura y sobre todo por su incondicional fidelidad al director designado por Ocaña.

Ella misma denunció al funcionario ahora nombrado por Milei, pero en las últimas horas de este viernes se retractó y acusó a La Cámpora por supuestamente quedarse con esos fondos. 

Un cambio de parecer indudablemente condicionado por sus aspiraciones individuales, porque Ocaña no es que haya olvidado la imputación que llevó a la justicia y que incrimina a Leguizamo, sino que se adapta a los tiempos políticos actuales, es decir, a la coyuntura política. Sabe que Javier Milei puede ser el rostro de la Argentina que viene y en la que quiere ser funcionaria otra vez. 

Por eso, la ahora dirigente de Juntos por el Cambio aceptó a pie juntillas la decisión de Milei pese a que desconfiaba del flamante interventor y de la gran mayoría del equipo que trabajó con él en sus años de directora ejecutiva nacional del PAMI. Era una época en la que Ocaña hasta llegó a sumar a otras personas para que monitorearan a la dirección de la obra social en la Capital Federal que incluía a Leguizamo. 

 

Resistir y vencer

Con el paso de los meses en 2005, 2006 y los años posteriores, Leguizamo se destacó por acumular en su escritorio gran parte de la tarea que tenía todo el equipo de gestión que ocupaba despachos en Pami Capital.

Era un grupo de amigotes no muy avezado al esfuerzo laboral y de muy poca presencia en sus lugares de trabajo.

"Se trataba de una suerte de cofradía anquilosada en la Facultad de Medicina de la UBA, desde donde acumulaba poder y referencia para negociar espacios institucionales, sobre todo en los ámbitos donde hay negocios de importancia", explicó una importante jefa de carrera que se desempeña en la UGL VI y que vivió de cerca ese proceso.

Pero el dato más llamativo o de interés, es que en secreto varios funcionarios que llegaron con Leguizamo comentaban a trabajadores peronistas "fieles" a la nueva gestión que su verdadero vínculo no era ni con La Cámpora ni con el proyecto de Néstor Kirchner, ni con el peronismo, sino con los laboratorios.

Los empleados atestiguan que en la sede del PAMI, donde el funcionario designado recientemente por Milei trabajaba, circulaba gente de día y de noche. Tanto coordinó esas tareas el nuevo /  viejo funcionario que se quedó con el control del organismo en toda la CABA.

Pero en el tiempo en el que Leguizamo que hizo su arribo a la obra social de los jubilados, hasta llegó a radicarse una denuncia en la UFI PAMI, por ese entonces a cargo del fiscal Carlos Stornelli, tras la desaparición de un disco rígido que guardaba información sensible sobre la distribución de cápitas entre los efectores de la Ciudad. Corría el año 2005. 

Años más tarde, tras la fallida gestión de Mauricio Macri en la Presidencia de la Nación, en 2019 el kirchnerismo volvió a poner a una persona de confianza al frente del PAMI.

Luana Volnovich emprendió el desafío, pero reciclando parte de lo viejo, incluido el miembro del equipo que manejaba el médico de la UBA que mencionamos, Carlos Rojo, el ex jefe de Leguizamo.

Pero Rojo, según los que conocen al detalle los circuitos de recaudación dentro del organismo, seguía vinculado a importantes laboratorios, pese a "estar muy quemado" y "cansado", como explicó a este medio un antiguo funcionario que conoce muy de cerca a ambos médicos.

Lo que persiste, aseguran quienes trabajaron en la última etapa cerca de Laguizamo, es el aceitado (concupiscente, en rigor) vínculo entre el funcionario y las empresas farmacéuticas.

"Ellas siempre son las dueñas del PAMI", aseguran dirigentes de los gremios que representan a los trabajadores del INSSJP mientras intentan acordar una lista de despidos lo más suave posible. Y que, además, miran para otro lado mientras susurran en los medios lo que no se atreven o no quieren denunciar públicamente. 

Creen que si colaboran con la nueva gestión podrían evitar cesantías, aunque confiesan con resignación que lo que esperan son "salarios a la baja", y una probable reestructuración de todo el organismo.

Lo deberán negociar con él, Esteban Leguizamo, el viejo funcionario ocañista, luego camporista y ahora oficialista. En un organismo público que en realidad es atendido por sus verdaderos dueños. 

 

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