miércoles 23 de octubre de 2024 - Edición Nº -2149

Información General | 6 jul 2024

La OMS advirtió que el talco es “probablemente cancerígeno” para los seres humanos

Nota publicada este sábado 6 de julio en el diario El País de España.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó el talco, un mineral natural empleado en cosmética y polvos corporales, como un producto “probablemente cancerígeno” para los humanos.

La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), el órgano de la OMS que se encarga de identificar el potencial cancerígeno de las sustancias, ha concluido, tras estudiar la evidencia científica disponible, que este mineral puede tener capacidad para causar cáncer en la población.

Lo ubica, en concreto, en el nivel 2A, el segundo escalafón más alto dentro de su pirámide de identificación de peligros: esto quiere decir que, aunque hay una evidencia limitada de que pueda provocar tumores en humanos (en concreto, de ovario), sí hay suficiente certeza de que genera cáncer en animales de experimentación y se dispone, además, “de una fuerte evidencia mecanicista”.

Esto significa que el talco “exhibe características clave de carcinógenos en células humanas y de sistemas experimentales”, explica la IARC en un comunicado. La agencia del cáncer de la OMS también ha identificado el acrilonitrilo, un compuesto que se emplea en el sector textil y para plástico de consumo, como “cancerígeno” para los humanos.

El talco es un mineral que se extrae en muchas partes del mundo. Según la IARC, además de la exposición ocupacional a este producto (durante su extracción o procesamiento), la población general puede entrar en contacto con esta sustancia a través del uso de cosméticos o polvos corporales que contienen este mineral, como maquillajes o desodorantes. Y aunque está menos estudiado, también puede estar presente en alimentos, medicamentos y otros productos de consumo. La agencia del cáncer de la OMS muestra, además, su preocupación por la contaminación del talco con asbesto (una sustancia similar al amianto y considerado un peligroso cancerígeno): aunque es difícil de medir, asegura, este riesgo “puede llevar a la exposición de los trabajadores y de la población en general al asbesto, por ejemplo, a través de maquillaje y polvos corporales contaminados a base de talco”.

Una treintena de expertos internacionales han revisado “exhaustivamente” la literatura científica disponible y han concluido que el talco es “probablemente cancerígeno para los humanos (Grupo 2A)”. El nivel de certeza sobre su capacidad cancerígena es el mismo que se tiene sobre los efectos del consumo de carne roja o sobre el trabajo en turno de noche. Es decir, que la robustez de la evidencia científica sobre su potencial para causar cáncer es similar, aunque eso no implica que el riesgo sea el mismo (esta clasificación no indica el grado de riesgo de desarrollar tumores ante una exposición determinada, por lo que dos agentes clasificados en el mismo grupo pueden tener un riesgo de cáncer diferente).

“La clasificación del Grupo 2A es el segundo nivel más alto de certeza de que una sustancia puede causar cáncer. Hubo numerosos estudios que mostraron consistentemente un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en humanos que informaron el uso de talcos corporales en la región perineal. Aunque la evaluación se centró en talco que no contenía amianto, en la mayoría de los estudios realizados en seres humanos expuestos no se pudo excluir la contaminación del talco con amianto”, justifica la IARC. Los científicos señalan que también se observó una mayor tasa de cáncer de ovario en los estudios que analizaban la exposición ocupacional de mujeres que trabajaban en la industria de la pulpa y el papel. “Sin embargo, no se pudo excluir la confusión por la exposición simultánea al asbesto, y el aumento de la tasa se basó en un pequeño número de cánceres de ovario en esos estudios ocupacionales”, admiten los expertos que analizaron el nivel de riesgo.

En modelos animales, el tratamiento con talco provocó también más incidencia de cáncer en las glándulas suprarrenales y en el pulmón de las hembras; en las ratas macho, se registró, además, una combinación de tumores benignos y malignos (también en la médula suprarrenal). Sobre la evidencia de mecanismos habituales de los compuestos que causan cáncer, los científicos de la IARC han concluido que el talco presenta características clave de los carcinógenos, “incluida la inducción de inflamación crónica y la alteración de la proliferación celular, la muerte celular o el suministro de nutrientes”.

El vínculo del talco con el cáncer de ovario lleva tiempo en el punto de mira. Precisamente, decenas de miles de personas en Estados Unidos demandaron a la multinacional Johnson & Johnson (J&J) por la supuesta presencia de componentes cancerígenos en uno de sus productos estrella, los polvos de talco que se comercializaban bajo la marca Baby Powder. El gigante farmacéutico siempre ha defendido que sus polvos de talcos eran seguros, pero el litigio alcanzó tal dimensión que la compañía anunció que, a partir de 2022, suspendería la venta de Baby Powder en todo el mundo, después de hacerlo en 2020 en EE UU y Canadá.

A propósito de esta nueva consideración de la IARC, Joan Albanell, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital del Mar de Barcelona, apunta: “La revisión de la OMS aporta evidencia mecanística y preclínica de que el talco ejerce un efecto carcinógeno, pero su traducción definitiva a estudios epidemiológicos parece verse limitada, al menos en parte, por la coexposición a talco y asbestos de determinadas profesiones. Será importante ver como se traduce esta reciente calificación del talco en el grupo 2A de agentes carcinógenos en las políticas de salud pública y prevención”

En la misma línea, Alejandro Pérez Fidalgo, médico del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Valencia e investigador del INCLIVA Biomedical Research Institute, hace una puntualización: “Eso no significa que, porque alguien se haya puesto talco alguna vez o incluso que porque lo use con cierta regularidad, esté claramente en riesgo, ya que el riesgo de generar un cáncer va a depender de dosis de exposición, tiempo y forma de contacto con el talco. Los estudios que sustentan esta clasificación tienen muchos sesgos, es decir, ciertos factores de confusión que nos impiden apreciar o predecir con total solidez la relación del uso del talco o la exposición al mismo con el cáncer”, explica el experto en declaraciones al portal Science Media Center (SMC).

Sobre los estudios en humanos, Pérez Fidalgo apunta: “Los dos estudios que sustentan la recomendación incluyen mujeres que utilizaron talco en polvo aplicado en el área genital. La aplicación del talco en esta zona mostró un leve incremento del cáncer de ovario, pero no significativo, en un primer estudio que incluyó más de 250.000 personas en Estados Unidos. Un segundo análisis de ocho estudios de casos y controles, incluyendo más de 18.000 personas, evidenció que las mujeres que habían usado polvo de talco genital tenían un ligero riesgo mayor de tumores de ovario serosos infiltrantes, de células claras y serosos borderline de forma estadísticamente significativa. En el caso de las que usaban talco en otras localizaciones (es decir no en el área genital), no se vio un aumento del riesgo de cáncer”

El oncólogo del Hospital Clínico de Valencia asegura que “sería recomendable” evitar, en la medida de lo posible, el uso de polvos de talco en zonas genitales, sobre todo, las mujeres. Pero llama de nuevo a la cautela con la decisión de la IARC: “Esto no significa que el uso previo del talco vaya a provocar un cáncer ni que la exposición previa a este agente vaya a ser claramente el responsable de la aparición de un tumor”.

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