lunes 21 de octubre de 2024 - Edición Nº -2147

Información General | 9 jul 2024

Encontraron microplásticos en focas de la Antártida

El trabajo fue publicado en la revista Science of the Total Enviroment.


Una reciente investigación multidisciplinar con participación del CONICET La Plata encontró microplásticos en las heces de focas que habitan la península Antártica. El trabajo, publicado en la revista Science of the Total Enviroment, destaca que las partículas fueron detectadas en el cien por ciento de las muestras analizadas.

Las especies estudiadas fueron tres: foca cangrejera (Lobodon carcinophaga), leopardo (Hydrurga leptonyx), y de Weddell (Leptonychotes weddellii), a partir de 29 muestras de excrementos, también llamados fecas.

En todas ellas predominaban un tipo de partículas menores a 5 milímetros (mm) denominadas microplásticos. ¿La composición? Poliestireno, poliésteres –entre ellos tereftalato de polietileno o PET–, poliamida, polipropileno y poliuretano, todos polímeros ampliamente utilizados en diversas industrias como alimenticia, textil, de envases y embalajes, de la construcción, y otras.

“Recibimos las muestras y las analizamos mediante dos técnicas para determinar la composición química: microespectroscopía RAMAN y de infrarrojo”, relataron Lucas Rodríguez Pirani y Lorena Picone, investigador e investigadora del CONICET en el Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR, CONICET- UNLP - asociado a CICPBA) y participantes de la investigación.

Mientras que la primera de las tecnologías está disponible en el CEQUINOR de La Plata, la segunda fue realizada en el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) ubicado en Campinas, en el estado brasileño de San Pablo.

“La potencia y resolución que nos brindan estas herramientas es clave para precisar la composición de las fibras y fragmentos encontrados. Por algunas características morfológicas como color y forma es posible establecer si se trata de un plástico o no, pero en este nivel estamos determinando qué moléculas componen los materiales”, describió Picone.

Además de los polímeros mencionados, también fue posible determinar la presencia de pigmentos muy utilizados en la industria textil y del plástico: índigo, reactive blue 238, y ftalocianina de cobre azul y verde. Los usos de los materiales observados permiten concluir su origen antrópico, es decir, producido o modificado por acción humana. El hallazgo se completa con otro elemento llamado negro de carbón (Carbon Black), un producto de la quema incompleta de combustible que podría provenir de embarcaciones o de hollín suspendido en el aire.

La toma de muestras estuvo a cargo de Julieta Cebuhar, bióloga argentina y estudiante de doctorado en la Universidad Federal de Río Grande, Brasil, autora principal de la investigación.

Según describió, se trata de una tarea oportunista en la que prima la rapidez para detectar materia fecal fresca asociada a un individuo en particular, colectarla de bandejones de hielo y témpanos a la deriva bajo procedimientos limpios, y conservarla en recipientes herméticos a 20 grados bajo cero hasta su llegada al laboratorio.

“Se encontraron residuos plásticos en todas las muestras analizadas y solo hubo diferencias en el tamaño: las focas leopardo habrían ingerido restos más grandes que las otras”, explicó la científica.

“En general, este tipo de ingesta tiene efectos negativos para muchas especies, y existen numerosos estudios al respecto, pero esta es la primera vez que se realiza en focas. Por el momento, no estamos en condiciones de afirmar que las enferme o afecte su salud, y las concentraciones halladas son bajas en comparación con otros animales. Lo importante, primero, es reportarlo y después continuar el monitoreo para poder elaborar estrategias efectivas de conservación y manejo del ecosistema antártico”, agregó.

La dieta de las focas cangrejeras suele estar representada en más de un 80 por ciento por kril antártico, crustáceo también consumido por las focas leopardo pero en menor medida, ya que estas se alimentan mayormente de peces y cefalópodos –calamares y pulpos– al igual que las focas de Weddell, aunque aquellas también comen pingüinos e incluso crías de otras especies de focas o lobos marinos.

“Estas especies suelen ser consideradas predadores tope y mesopredadores, ya que ocupan niveles altos y medios de las cadenas tróficas. Son animales longevos capaces de recorrer extensas áreas en busca de su alimento y en determinadas épocas se agrupan en sitios relativamente accesibles”, comentó el investigador del CONICET a cargo del Programa de Mamíferos Marinos del Instituto Antártico Argentino (IAA) y también autor del estudio, Javier Negrete.

Por estas características, explica, son consideradas centinelas o bioindicadores de los ecosistemas, ya que al estudiarlas se puede detectar cambios  en el ambiente que ocupan y en las poblaciones de las que se alimentan a distintas escalas de tiempo y espacio.

“Por eso, la detección de microplásticos y otras sustancias contaminantes en las heces de estas tres especies que se alimentan de una amplia gama de animales y en un gran sector del territorio antártico argentino podría indicar que la concentración de estas sustancias en el ecosistema tal vez sea mayor de lo que se cree”, concluyó Negrete.

“El impacto antrópico en la región se mide por las diversas actividades humanas, principalmente el turismo y la pesca y, en menor medida, por las propias bases científicas que, si bien tienen protocolos para el cuidado del medioambiente, su sola presencia genera indefectiblemente un impacto en términos de contaminación. También hay que considerar lo que puede llegar desde otros continentes a través de corrientes marinas y atmosféricas de los llamados microplásticos secundarios”, apuntó, por último, Rodríguez Pirani.

De acuerdo con datos provistos por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la humanidad produce más de 430 millones de toneladas de plástico al año, de las cuales dos tercios son de un solo uso o de vida corta y en poco tiempo se convierten en basura que, en su mayor parte, desemboca en los océanos.

Cabe recordar que, en enero pasado, el Presidente de la Nación, Javier Milei, puso en marcha durante una visita a la Antártida un programa para el estudio de la contaminación marina por plástico que abarca casi todos los mares del mundo, excepto los antárticos, por lo cual, mediante este convenio la Argentina extiende esta iniciativa al continente blanco.

“A través de este programa, Argentina comenzará un nuevo capítulo en su larga y distinguida trayectoria en materia de ciencia antártica. Mediante acuerdos de cooperación internacional buscamos potenciar nuestras capacidades para poder brindar información científica de calidad para la toma de decisiones en el marco del Tratado Antártico”, afirmó Milei.

Fuente: CONICET La Plata

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