martes 08 de octubre de 2024 - Edición Nº -2134

Cultura | 10 ago 2024

En La Plata hay un negocio que tiene 27 mil vinilos, cassettes, equipos y libros que abren de par en par las puertas de la nostalgia

"Nos dedicamos a la compraventa desde hace 34 años. Yo arranqué laburando con mi viejo cuando era chico, íbamos al Parque Centenario de Buenos Aires, pero después dejé esas cosas para concentrarme en este local", contó uno de los dueños del local.


En La Plata, a metros de la Plaza Italia sobre calle 7, hay un negocio que tiene 27 mil vinilos, casetes, equipos y libros. Es un local familiar que abre una puerta inmensa hacia los recuerdos, la nostalgia y la cultura nacional e internacional desde los años 70 hasta la actualidad. Se llama Digital Discos.

Info Blanco Sobre Negro entrevistó a uno de sus dueños, Nicolás Kass, un joven biólogo que siguió el camino abierto por su papá en el año 1991, en el mismo lugar y con la misma pasión. Ahora entre ambos llevan adelante el comercio.

 

 

El negocio comenzó con 40 CDs de música pop y un par de videos. Tocaron fondo tres veces y les pronosticaron que cuando abriera Musimundo iba a quebrar, pero al final no pasó nada.

"Es un local de mi viejo y mío. Cuando lo abrió no era retro, pero es indiscutible que tiene esas características bien definidas ahora. Además de vinilos, entre tantas cosas también vendemos libros, con precios que pueden rondar los 2500 pesos. Los CDs cuestan desde 500 pesos hasta arriba de los 70 mil", contó Nicolás.

"Son cosas descatalogadas que alguna vez que se lanzaron al mercado y ya no editan más. Hace poco tuvimos "Recrudece", el segundo disco de Virus. También vendimos uno de Los Encargados, mucho de rock nacional, uno de una banda de rap alemana que estuvo dos años activa y varias joyitas más?", continuó el entrevistado y dueño del local.

Para tener en cuenta: "Recrudece", el mencionado álbum de Virus fue vendido hace unos días a  95 mil pesos.

 

 

"Además, vendemos amplificadores, equipos home theatre, y otros aparatos antiguos pero de muy buena calidad, que vendemos según las marcas, Pero eso sí, todo vintage. Lo traen, hacemos un service, cuando viene la gente lo compra, y les damos 30 días de garantía por si pasa algo. En caso de que detecten algún problema, los vuelven a traer y los revisamos", continuó contando Nicolás.

Todo mientras recorría un espacio repleto de curiosidades: máquinas de escribir eléctricas de los años 90, registradoras para negocio, reproductores de videocasetes y varios "chiches" más. 

 

 

"Es un mercado que bajó mucho en cuanto a precios, pero hoy en día hay un revival de lo vintage. Los vinilos que tenemos son todos de época, es decir, analógicos. Los de ahora son de Master Digital, entonces el sonido es similar al de CD, pero cambia el formato", explicó el entrevistado.

 

 

¿Qué tipo de gente viene a comprar?

Hay de todo, viene gente joven que está queriendo aprender, y gente de 60 años, que dice este equipo cuando era joven no se lo podía comprar, pero ahora sí. Y también pibes menos de 20 que quieren ver cómo era aquella forma de escuchar música. Arancan por el vinilo, después por los casetes y luego con los CDs. Hay toda una generación que le gusta lo vintage.

 

¿Por qué crees que ocurre ese fenómeno?

Porque, por ejemplo, Spotifty muchas veces te dice qué quiere que vos escuches y te arma una playlist, pero no sos vos quien mide el tiempo. Antes soñabas con tener una casa, ahora con un monoambiente, y almacenar vinilos u otro tipo de discos en espacios reducidos es todo un problema. Pero el hecho de tener vos el formato en la mano, de tener el tiempo, de poner vos un vinilo o un cd, sentarte, tomar algo, charlar con alguien, eso no le va a ganar ningún formato.

 

Hay mucho fetichismo alrededor de este tipo de consumo, ¿no te parece?

Sí, claramente hay fetichismo. A Nevermind, el segundo álbum de Nirvana, por ejemplo, hay gente que si no se lo ofrecemos inglés no lo compra. Pero también hay otros clientes que no tienen esos problemas. 

Los casetes son más baratos, rondan los 500 pesos. Pero cada vez menos lugares para reproducirlos. Muchos los compran para grabarse sus cosas, es decir, sus propios sonidos. El famoso mix de grabar todo en un cd o casete no existe más, y hay muchos chicos que lo siguen haciendo. Hay músicos que buscan el efecto lo-fi, que con la computadora no logran obtener. Sacan lo que graban a un casete y de ahí lo digitalizan de nuevo.

 

 

 

¿Qué otros objetos comercializan?

Tenemos VHS, revistas de Patoruzú, de la Guerra de Malvinas, de armas, de Anteojito y muchas más de aquella época. Si te ponés a pensar, es una especie de recorrido sobre cómo fue evolucionando la cultura en la humanidad, primero la imprenta, la música y la forma de reproducirla. Primero llegaron los vinilos, les siguieron las cintas, más tarde los casetes, los CDs y luego los videos. También hacemos ediciones de videos y los pasamos de formato. Traen de 8 mm, con imágenes de vacaciones familiares, casamientos, todas cosas random. Lo que más nos traen son casetes.

Incluso, de lo que ponemos de oferta, me han comprado revistas para hacer collages. Es gente que hace obras de arte. También vendemos comics.

En algunos casos tengo el disco tres veces, con valores distintos. Por ejemplo, tenemos a cien lucas un disco de Javier Malosetti. A comprar viene gente de Capital Federal,  de localidades del interior bonaerense, y algunos del extranjero. Le vendemos, aproximadamente, a 30 por ciento de clientes que no son de La Plata.

Nos dedicamos a la compraventa desde hace 34 años. Yo arranqué laburando con mi viejo cuando era chico, íbamos al Parque Centenario de Buenos Aires, pero después dejé esas cosas para concentrarme en este local.

 

 

 

 

 

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