Este lunes, en la Sala A del Fuero Penal de La Plata, ubicado en 8 entre 56 y 57, comenzó el juicio contra Marcos Ledesma por abuso y corrupción de menores, con la declaración de más de 100 testigos, incluyendo docentes, psicólogos, médicos, policías y familiares de las víctimas. La Fiscalía estará representada por Mariano Sibuet y Rosalía Sánchez.

Los abogados que representan a las presuntas víctimas, Matías Pietra Sanz, Andrea Reynoso y Sabrina Lauret, solicitarán una condena de 50 años de prisión para el acusado.

El caso contra Ledesma comenzó en 2013, cuando una madre denunció que su hija de 3 años había sido abusada por el profesor en el Jardín 914 del barrio La Loma. A raíz de esta denuncia, otros padres se presentaron ante la justicia para relatar experiencias similares con sus hijos, lo que desató una conmoción en toda la comunidad educativa.

A raíz del comienzo del juicio, allegados al docente hicieron circular una carta, a la que accedió Info Blanco Sobre Negro, donde señalaron que "las pruebas de su inocencia son contundentes: trabajar en el hall de un edificio altamente concurrido, con puertas abiertas, docentes de sala presentes, acciones que se le acusan que jamás le pudiera dar el tiempo para hacerlo en los 20 minutos que tiene con los chicos".

"No hace falta esperar el juicio, solo analizando las probabilidades fácticas de su realización es que Marcos debería estar ejerciendo la docencia como lo hizo hasta ese momento, sin acusaciones, querido por colegas y familias. Un profe más de esta ciudad que le pone el corazón y el pecho a su profesión, a pesar de las condiciones adversas con las que cotidianamente se encuentran", detallaron, y denunciaron que "en estos últimos años hay más de 200 docentes denunciados, la mayoría casualmente en jardines de infantes y sobre maestros especiales, como música, educación física, plástica".

"Acusados de hechos aberrantes y profundamente condenables para cualquiera que escucha la noticia. La rápida y más cómoda mirada es culpar al denunciado sin la más mínima duda de sus acciones. La premisa de 'los niños no mienten' ha teñido de irresponsabilidad el accionar perital, mediático y social de hechos que, de ser verdad, deberían resolverse de maneras menos iracundas y por los carriles penales que den un debido proceso y un ejemplar castigo", cuestionaron los allegados.

"Pero no es así, el acusado es condenado a los pocos minutos sin flagrancia ni testigos. Analía Schwartz, Juan Rosso, Fernando Melo Pacheco y centenares más son juzgados por las sensaciones de una mamá o un papá que genera la paranoia y activa el terror social de que a nuestros hijos le pase algo horroroso", añadieron.

"Pero esa justicia popular que termina golpeando docentes, directivos, quemando escuelas y escrachando vidas no permite llegar a la verdad, porque hay una sentencia previa de condena eterna. ¿O algún docente acusado falsamente puede volver a su vida normal después de todo esto?", manifestaron.

"Entendemos que esta responsabilidad excede también a las familias que son víctimas de este mal social y ante la suposición de un hecho y desatada la paranoia actúan con ira y desesperación. Pero debemos analizar profundamente cada caso para, como sociedad, llegar a fondo a la verdad. Incluso porque de haber un caso de abuso, quizá la denuncia hacia el docente tapa a los verdaderos monstruos", concluyeron.