Desde los tiempos en que comprábamos en locales de cercanías hasta la actualidad, en la que el universo de ofertas y de oferentes es inabarcable, ha transcurrido mucho tiempo.

Primero irrumpieron las ventas telefónicas, promocionadas en sendos programas de televisión que eran emitidos  en horarios marginales, con el clásico latiguillo “Compre ya, no se pierda esta oferta”, y con mensajes de ese tenor.

Antes, claro está, la publicidad en los medios gráficos abrió junto a otros factores la era del consumo de masas, apalancado mediante  la comunicación gráfica, radial y televisiva.

Pero los tiempos han cambiado, y para mejor. En estos días es posible comprar en el exterior, ya sea productos personales o insumos. Para lograr esa tarea tenemos a disposición diferentes plataformas.

Por ejemplo, es muy sencillo comprar en Amazon desde Argentina el producto que necesitemos sin problemas de traslados, movilidad o inconvenientes de cualquier naturaleza.

La modalidad de comprar online revolucionó, de esa manera, la dinámica de la distribución en los diferentes estados, no solo en los países más desarrollados.

Esta transformación generó que el mercado adoptara una doble selección: la de los bienes a la venta y, al mismo tiempo, la de los medios de comercialización.

En una década como la que estamos atravesando, ese mecanismo de venta, el  electrónico, virtual u online, como se lo prefiera  llamar, hace que las empresas del sector no tengan fronteras a la hora de operar sobre el mercado.

En ese marco, comprar en Alibaba desde Argentina es un hábito creciente. Quien desee estar habilitado para realizar transacciones con esa plataforma solamente deberá cotizar el envío y crear una cuenta de esa empresa de comercialización online.

Por otra parte, quien quiera comprar en TEMU desde Argentina  tendrá que cumplir con tres requisitos: enviar un mensaje por WhatsApp, crear una cuenta y dejar un mail de contacto para que se comuniquen desde la plataforma.

Como se ve, el cambio en los medios de comercialización ha sido tan radical que transformó profundamente las formas de comprar y vender.

Se trata de lo que muchos llaman era digital, era informática o era del conocimiento,  el actual período de la historia en el que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), dieron el puntapié inicial para llegar a este presente.

Sin lugar a dudas, la revolución digital es la marca que distingue esta etapa con todo lo anterior, y genera que la información fluya a  más velocidad que muchos recursos físicos como el dinero o los bienes que con ese capital podemos comprar.

Las compras online no solo han tenido mucho avances en la comercialización de bienes durables, sino que han transformado también el comercio de los alimentos.

Hipermercados de empresas multinacionales de mucho renombre, venden sus productos en forma online, para lo que suelen agregar a su marca de fantasía el adjetivo “digital”.

De esa manera, los consumidores ya no recorren locales inmensos comparando precios ubicados en la parte inferior de cada góndola.

Solo basta con ingresar a la página web de cualquiera de esas cadenas para seleccionar los elementos que queremos recibir en nuestro hogar.

De esa manera, con solo un clic podemos reemplazar el traslado hasta el centro de ventas y reducir al mínimo el tiempo que conllevan las compras realizadas en forma presencial.