Información General | 28 sep 2024
Informe
¿Quiénes pintan las paredes de La Plata? Cultura, espacio público y arte callejero en la capital bonaerense
Por: Patricio Asorey
Desde el principio de la historia, el hombre se ha expresado utilizando los muros como soporte y lienzo de sus creaciones.
En la actualidad, el casco histórico, las áreas comerciales y las grandes avenidas son los lugares elegidos por artistas y colectivos culturales, agrupaciones, dirigentes políticos e hinchas de fútbol para difundir sus eventos, expresar sus ideas, pasiones y propuestas.
Cualquier paredón, poste o estructura, se transforma así en un potencial soporte para pintar, escribir o pegar. Son sus habitantes, o gran parte de ellos, los que comparten, pero también disputan el tan mentado espacio público: la calle, donde además de bienes se intercambian mensajes.
Pinta tu aldea
Adrián Munive Díaz tiene 44 años y es el responsable del 95% de la cartelería que se fija en las paredes y muros de La Plata, Berisso y Ensenada, sin contar la cartelería política. Pero no es dueño de una mega empresa de publicidad, todo lo hace él y un par de ayudantes bajo el nombre de Base 20 Producciones.
“Empecé con esto más o menos en el año ‘97, ‘98, cuando iba a ver recitales de bandas independientes. Tiempo después empecé a pegar afiches en fotocopia tamaño A3 y A4 para difundir los recitales de algunas de esas”, rememora Adrián en diálogo con Info Blanco Sobre Negro.
Es más conocido en el ambiente como El Bormo, y dialogamos con él en una mesa del café de una estación de servicios. “Lo que hacemos es ofrecer un servicio como hace el que alquila el sonido o la seguridad”, explica en referencia al lugar que ocupa en el circuito de la producción cultural de la región.
El Bormo
A ‘pintar’ política se dedica Luis Villarruel desde los 17 años,. Hoy tiene 33, y asegura que siempre lo hizo por militancia y solo para las organizaciones con las que se siente identificado. “Arranqué letreando sin tener conocimiento y después, con el paso del tiempo, fui creando mi propia técnica y estilo”, le cuenta a este portal de noticias.
Luis Villarruel
Si de estilos hablamos, el grafitero Rodrigo Acra, nacido en Berisso, de 40 años, define al suyo como "abstracto geométrico".
“Empecé pintando tags (firmas) en el 2006, motivado por las pintadas que veía al costado de las vías. Después me dediqué al arte del graffiti”, dice Rodrigo, que desde hace un tiempo cranea los trabajos en su propio taller ubicado en Boedo.
Rodrigo Acra
“La técnica la aprendí a pura práctica, ya que en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, donde estudié, no se enseña a pintar con aerosol y no se aborda en profundidad el arte urbano, pero sí aprendí mucho sobre composición y colorimetría”, agrega.
El mapa se completa, o mejor dicho, quedan casi completamente cubiertas las paredes de la ciudad, con los murales y pintadas que nacieron de la pasión de los hinchas de los dos clubes locales en primera división.
“Yo tengo 26 y habremos arrancado a los 14, cuando nos empezó a gustar el arte, pero nosotros nos tiramos para el lado de lo deportivo”, dice Matías para explicar cómo conjugó su pasión por Gimnasia y Esgrima La Plata y el arte. Y añade mientras atiende a una señora en el almacén en el que trabaja.: “Aprendimos mirando a los más grandes y dijimos que en algún momento íbamos a ser como ellos".
La convivencia y la disputa
Aunque la región es extensa, los espacios para expresarse artísticamente, difundir o pegar afiches se reducen a muros de baldíos y los ‘chaperíos’ de las obras en construcción, ya que según la ordenanza Nº 9216, promulgada por Julio Alak durante su primer mandato como intendente de La Plata, quien pinte, pegue o realice graffitis en propiedades residenciales sin el consentimiento de su dueño puede ser multado.
Quizá por este factor, el espacio acotado, es que la convivencia entre todos los actores que eligen la vía pública para expresarse se torna, a veces, en disputa: todos admiten conocerse, pero no coordinan su actividad.
“Nuestro trabajo convive con el de la música tropical. En su momento estaban Escándalo y Milenio. Ellos tenían shows casi todos los sábados con dos o tres bandas en vivo. Entonces nosotros salíamos un lunes a la noche, ellos salían el miércoles y volvían a hacer una reposición el viernes y así. Hay material que se pierde, algunos afiches que se van tapando”, dice el Bormo respecto de la dinámica de su trabajo.
“En política, cuando lo haces por militancia existe una disputa territorial”, asevera Luis y refiere algo parecido a lo que pasa con las hinchadas de fútbol en La Plata.
“Nosotros siempre respetamos las casas, pintamos sobre paredones abandonados y los revivimos con los mejores colores de la ciudad”, dice Matías esgrimiendo su pasión y aclara que “siempre se respetan los grafitis, en algunos lugares hay códigos y en otros no, pero nosotros siempre respetamos”.
“Los graffitis tienen su espacio conquistado y las pintadas políticas también. Ocupan las paredes incluso desde antes que el graffiti explotara como expresión artística”, comenta Rodrigo, que tiene reservas con respecto al proceder de “los futboleros, que en la plata tapan murales enormes hechos con mucho trabajo y dedicación”.
Al ser consultados sobre el horario que eligen para realizar su actividad artística o expresiva, todos afirman hacerlo en horario nocturno, incluso de madrugada. En un punto, y más allá de que con mucha afluencia de gente las tareas en la calle se dificultan, pareciera ser un hábito que responde a otro contexto histórico, uno en el cual este tipo de expresiones urbanas podría haber sido cuestionada, o por lo menos mal vista.
Las paredes de la ciudad son un reflejo de las múltiples voces y expresiones que la habitan. Y más allá del boom de la comunicación digital, que pareció llegar para reemplazar de una vez y para siempre a los soportes físicos, la calle como ámbito, ya sea para expresarse artísticamente, declamar el amor por una camiseta o difundir una visión de mundo, sigue teniendo un peso más que considerable. ¿Las razones? Seguramente muchas, pero hay una evidente: es donde está la gente.