"Tener estas dos respuestas diferentes (excitación e inhibición) les da a los mosquitos una capacidad ampliada para codificar el gusto, lo que significa que probablemente puedan diferenciar una amplia variedad de sabores", explicó el autor principal John Carlson, profesor de Biología Molecular, Celular y del Desarrollo de la Facultad de Artes y Ciencias de Yale.
¿Por qué prefieren a algunas personas para picar?
Cuando los investigadores ofrecieron a los mosquitos muestras de sudor humano, notaron que estos insectos mostraban una clara preferencia por algunas muestras en comparación con otras.
Los científicos observaron que diferentes sabores influían en las acciones de los mosquitos, como picar, alimentarse y poner huevos. Descubrieron que cada sabor tenía un efecto único. Por ejemplo, los sabores amargos reducían el apetito de los mosquitos, pero no les quitaban las ganas de reproducirse. Por otro lado, la sal y ciertos componentes de nuestro sudor, por sí solos, no los hacían picar más, pero juntos creaban una combinación irresistible para la picadura.
"Y ese matiz tiene sentido para nosotros", dijo la autora principal Lisa Baik, asociada postdoctoral en el laboratorio de Carlson que dirigió el trabajo. "Hay muchos lugares en la naturaleza que tienen sal y muchos lugares que tienen aminoácidos, pero los humanos los tenemos juntos en nuestra piel. Entonces, tal vez el mosquito sea capaz de identificar la combinación y reconocer nuestra piel como un buen lugar para picar".
¿Chau picaduras?
La conclusión de este estudio fue que los mosquitos tienen un gusto muy selectivo. Pueden distinguir entre muchos sabores y estos sabores influyen en su decisión de picar o no. Algunos sabores los atraen, mientras que otros los repelen. Esto es clave para entender mejor por qué nos pican y ayudará a desarrollar mejores repelentes.
El experimento logró identificar ciertos compuestos amargos que suprimen tanto las respuestas fisiológicas como conductuales al azúcar, lo que los posiciona como señales efectivas para detener los estímulos que incitan a picar. También determinaron cuáles son los estimulantes gustativos clave en la piel y el sudor humano que, al combinarse, aumentan la tendencia de los mosquitos a picar.
"Nuestro estudio puede ser útil para identificar compuestos que nos protejan de las picaduras de mosquitos de una manera nueva", dijo Carlson. "Esos compuestos podrían ser extremadamente útiles, especialmente a medida que el cambio climático amplía el alcance de los mosquitos y las enfermedades que transmiten".
Referencia de la noticia:
John Carlson, Gustation in the Asian tiger mosquito, Nature (2024), publicada en Meteored.