sábado 15 de marzo de 2025 - Edición Nº -2292

Información General | 2 nov 2024

Economía

Baja la confianza del campo y el 61% de los productores no piensa invertir en los próximos 12 meses

La incertidumbre macroeconómica, entre las razones.


La última medición del Índice de Confianza del Productor Argentino “Ag Barometer Austral”, que elabora el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, reveló que, por la incertidumbre económica, el 61 por ciento de los productores no piensa invertir en activos fijos en los próximos 12 meses.

“A pesar de la significativa baja de la inflación y la estabilidad cambiaria, los productores en su mayoría piensan que aún no es momento para realizar inversiones en activos fijos y, por lo tanto, uno de los componentes de la Demanda Agregada (Inversión) no hará grandes aportes a la reactivación de la actividad económica, el gran desafío que enfrenta el gobierno”, detalló el informe.

La incertidumbre macroeconómica (20 por ciento), la falta de financiamiento (20 por ciento), el alto costo del financiamiento (16 por ciento), la falta de alternativas rentables de inversión (14 por ciento) y la falta de confianza en el futuro del sector (12 por ciento) son las principales causas de las decisiones de no invertir durante el próximo año.

Al respecto, Carlos Steiger, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos y director de la encuesta, agregó que “si bien han bajado significativamente las tasas de interés activas en el sistema financiero bancario y están apareciendo créditos en dólares la baja rentabilidad esperada para la campaña 2024/25 (en parte por los bajos precios internacionales) y la certeza que no habrá cambios en los derechos de exportación, las inversiones productivas están desalentadas”.

 

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Del 35 por ciento de los productores que realizarán inversiones, la gran mayoría lo hará de forma individual (29 por ciento) y los rubros elegidos son: maquinarias grandes (42 por ciento), hacienda vacuna (33 por ciento y principalmente de cría), tierra (23 por ciento porque los valores están relativamente bajos) y otras maquinarias (20 por ciento en sembradoras y pulverizadoras, entre otras).

Al mismo tiempo, la campaña 2024/25 se está desarrollando en condiciones climáticas más desfavorables que las transcurridas durante la campaña 2023/24 y un 55 por ciento de los productores temen la presencia de problemas climáticos importantes.

Otro de los datos de la encuesta indicó que más de la mitad de los productores agropecuarios (51 por ciento) realiza sus actividades en campos arrendados y la gran mayoría se pagan en una suma fija en quintales, aunque con distintos momentos de pago. Para el 76  por ciento de los productores el pago de los arrendamientos representa el 40 por ciento o más de sus costos totales, mientras que para un 48 por ciento la incidencia es del 50 por ciento o más.

La confianza también comienza a caer

Durante el mes de septiembre 2024 la confianza cayó un 5 por ciento con relación a la medición pasada. Esta es la primera caída que se registra desde noviembre 2022, momento en el cual había comenzado a subir levemente.

“Entre las causas de esta caída hay que mencionar, en primer lugar, la baja de los precios futuros de la soja en la posición para mayo 2025 producto de la gran oferta esperada de la campaña 2024/25, y un importante incremento en la relación Stock/Consumo a nivel mundial para la oleaginosa. En paralelo, en nuestro país se espera un incremento en la superficie sembrada de soja 2024/25 con relación a la campaña producto de una menor superficie dedicada al maíz”, detalló el informe.

De no mediar factores climáticos adversos, el Ag Barometer Austral pronostica que los cambios en la utilización de las superficies sembradas darían lugar a una producción total de 130 millones de toneladas, aunque con precios más bajos que en la campaña 2023/24, especialmente en soja.

Por último, Steiger explicó que los productores esperan una campaña agrícola 2024/25 con márgenes muy ajustados “fundamentalmente para la soja, que será el cultivo con la mayor superficie implantada, y con pocas posibilidades de los productores para transferir parte de esa área al maíz que presenta mejores perspectivas de rentabilidad. La demora en las lluvias ha atrasado las siembras de maíz temprano, aunque las últimas precipitaciones del mes de octubre pueden tener un impacto positivo no solo en la siembra de maíz, sino también en los rendimientos de trigo”.

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