

En los últimos días, el director ejecutivo del PAMI, Estaban Leguizamo, y quienes lo acompaña en la gestión que encabeza, viven horas febriles. Las peores desde que comenzó este gobierno, ya que el esperable impacto social que tuvieron los sucesivos recortes a los jubilados los dejaron colocados en el centro de la escena. Muchos de ellos son exfuncionarios de la gestión anterior, que estaba a cargo de la referente de La Cámpora Luana Volnovich.
Uno de ellos, Eduardo Agustín Cardeza, fue funcionario del área de asuntos legales junto a Volnovich, pero llego el gobierno libertario y por amor a los jubilados y a las jubiladas, resolvió no despegarse de su sillón.
Ahora desempeña la función de "Gerente de Administración e Infraestructura". Siguiendo órdenes de Leguizamo, y en plena crisis por el recorte de los remedios a los jubilados, se encargó de embellecer y hacer más confortable la estadía de los funcionarios nacionales de la "empobrecida" obra social.
Con ese objetivo aprobó dos pagos para adquirir, increíblemente y como si este país fuera todo abundancia, "nuevas alfombras".
Para ello, el PAMI aprobó el gesto de $69.479.682,00 y $ 24.281.100,00, una bicoca, más aún teniendo en cuenta que los funcionarios requieren "extrema comodidad", y en cada proceso licitatorio "algún vuelto" podría quedar en casa.
Las disposiciones 327 y 422, firmadas digitalmente por el mencionado Eduardo Agustín Cardeza, "gerente de Administración e Infraestructura del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados- INSSJP PAMI", señalan que se adjudicaron esos recursos para la “adquisición de alfombras y adhesivos (nuevos sin uso) para readecuación de oficinas de Nivel Central” a la empresa Industrias Atlantis SA.
La compra se lleva a cabo en un contexto de gravísima crisis económica y en el que el PAMI , a través de sus representantes, intenta mostrarse en "proceso de ajuste". Pero el ajuste, como suele ocurrir, lo pagan los más débiles.