

El Coaching es un proceso de acompañamiento que es dirigido por un profesional capacitado, cuyo rol es el de acompañar a sus clientes en la tarea de conseguir sus propios objetivos.
Quien se encarga de esa tarea se denomina “coach”, y busca maximizar el potencial personal y profesional de un modo no directivo a quienes acuden por sus servicios.
El crecimiento del coaching es extraordinario, y cada vez hay más personas que lo eligen. Incluso, hay cursos de coaching presenciales y también de coaching online. Pero aunque se practica en extensos segmentos de distintas sociedades, hay mucho desconocimiento en torno de sus características y sus modalidades.
El coaching ontológico es el que mayor crecimiento tuvo en los últimos años. Una profesional experta como Daniela Lencina lo explica en su sitio web: “El coaching ontológico es una disciplina emergente que ofrece una forma única de entender a las personas y su interacción con el mundo. Su objetivo es ayudar a individuos y organizaciones a transformar su manera de pensar, actuar y relacionarse para alcanzar metas significativas en su vida personal, profesional y social”.
Además, Daniela Lencina explica que “una de las ideas centrales del coaching ontológico es que el lenguaje no solo describe la realidad, sino que también tiene el poder de crearla”.
Y añade: “A través de conversaciones profundas y reflexivas, esta metodología permite a las personas identificar creencias limitantes, explorar nuevos enfoques y diseñar acciones concretas que generen resultados positivos y sostenibles”.
El término “Coaching” surgió en el siglo XV, cuando en la ciudad húngara de Kocs, parada obligada de viajeros entre Budapest y Viena, apareció un singular carruaje llamado "kocsi", traducido al alemán como "kutsche", que en italiano se denomina "cocchio" y en español "coche".
De ese medio de transporte, que tiene un sistema de amortiguación para hacer posibles los viajes más cómodos, deriva el término que ahora conocemos como coaching.
Es una suerte de metáfora que hace referencia al viaje que hacemos, y en el que el conductor del coche o coach nos sirve de guía. Es decir, hace viable transitar el camino hacia donde queremos arribar.
Lo distintivo de esta disciplina es que, a diferencia de otro tipo de prácticas, parte de la base de que el cliente posee los recursos para lograr lo que desea. Pero en caso de no contar con ellos, los puede desarrollar por sí mismo.
De esa manera, a través del coaching, el cliente que es ayudado por el profesional va tomando conciencia de dónde está y dónde quiere llegar.
Para ese fin, contribuye a que emerja lo que el cliente desea lograr en forma libre y responsable. En esa tarea, y como guía, el coach lo acompaña para que desarrolle los cambios, tanto internos como externos, que son necesarios para conseguir lo que se propone.
De esa manera, podríamos afirmar con certeza que Coaching un viaje hacia el interior de la persona que es asistida. Allí podrá hallar sus verdaderos objetivos, y también su propia manera de lograrlos.
Se trata, indudablemente, de proceso individual que ayuda a alcanzar resultados extraordinarios.