

En esta era digital, el acceso a la información es más amplio que nunca, y del mismo modo la propagación de desinformación y noticias falsas. Con apenas un click, millones de usuarios pueden recibir y compartir contenido fraudulento sin comprobar su veracidad, dando lugar a confusiones, manipulaciones o graves consecuencias a nivel social.
Desde teorías conspirativas hasta titulares amarillistas pensados para llamar la atención del lector, la desinformación constituye un problema que repercute en varios aspectos de la sociedad, como la política, la economía, la seguridad y la salud.
Por eso, aprender a identificar fuentes confiables, analizar el contenido y recurrir a herramientas de verificación pueden hacer la diferencia al consumir contenido desde un celular, tablet, PC o notebook.
La desinformación consiste en la creación y/o difusión de información engañosa o falsa con el fin de manipular, confundir o influir de determinada manera en la opinión pública. La información errónea puede surgir tras un inocente descuido o simple malentendido, mientras que la desinformación tiende a ser voluntaria y responder a intereses económicos, ideológicos o políticos.
La incesante popularidad de las redes y la inmediatez de la comunicación digital ha hecho que las famosas “fake news” circulen a una velocidad instantánea, alcanzando a millones de personas antes de ser desmentidas por fuentes y datos fiables. El principal problema de la desinformación es su facilidad para modificar la realidad y repercutir en la toma de decisiones individuales y colectivas.
Una noticia maliciosamente falsa es una herramienta muy poderosa para influir en procesos electorales, generar pánico en época de crisis, poner en riesgo la salud pública, afectar el honor de empresas/personas, y mucho más. Sumado a eso, puede impactar en la confianza que tiene el público en las instituciones y los medios de comunicación legítimos.
La desinformación puede adoptar distintos estilos y formatos. El más común es el sensacionalismo vía clickbait, donde los títulos de las noticias tratan de atraer la máxima cantidad de clicks posibles con afirmaciones de tinte misterioso, sin importar si el contenido es impreciso, engañoso o directamente no responde el interrogante planteado en el titular.
Las teorías conspirativas están compuestas de narrativas complejas carentes de pruebas o con datos erróneos/no comprobados, y su intención es explicar eventos desde un punto de vista alternativo que busca refutar lo afirmado por las fuentes oficiales. Las teorías conspirativas a menudo suelen encontrar otros culpables, que teóricamente se mueven por intereses ocultos que no pueden ser revelados.
Otro tipo de desinformación abarca el contenido manipulado, que incluye videos, imágenes o audios alterados para modificar la verdad o sacar de contexto declaraciones veraces. Las noticias parodias no buscan engañar, pero pueden ser tomadas en serio por personas incapaces de identificar la intención humorística.
Para no caer en la desinformación, es vital saber identificar una noticia falsa, y para ello hay que tener en cuenta:
Al leer una noticia, lo primero que hay que hacer es preguntarse si el medio que la pública tiene prestigio y es confiable. Si cuenta con trayectoria y antecedentes de rigor periodístico o si, en cambio, es un portal de escaso historial y nula popularidad.
Además, puede servir comprobar la sección “Acerca de” en sitios web para comprender sus intereses y conocer su equipo editorial.
La fecha de publicación es otro punto importante. Muchas fake news descontextualizan información o reciclan eventos antiguos para hacerlo parecer reciente, que sucedió hace pocos días o apenas horas.
Esto es muy común en temas relacionados a la política y crisis de carácter internacional, donde declaraciones pasadas e imágenes parecen actuales para despertar confusión e indignación.
Muchas veces puede suceder que la noticia falsa emplee lenguaje alarmista, plagado de mayúsculas, signos de exclamación y frases estratégicamente pensadas para generar emociones fuertes, tales como bronca o miedo.
Si el usuario nota que el contenido/título solo intenta generar una reacción inmediata sin demostrar fuentes confiables o pruebas concretas, lo más probable es que sea engañoso.
Si la noticia aparece casi exclusivamente en sitios de muy poca popularidad y no es replicada por medios serios, esa es una clara señal de alarma. Por fortuna, actualmente hay herramientas de verificación para chequear si la imagen fue alterada o de dónde proviene.
En esta guerra contra la desinformación, existen múltiples herramientas digitales a las que se puede acceder con un smartphone o notebook.
Con Google Reverse Image Search se puede comprobar si la imagen fue publicada previamente en otro evento o alterada de alguna forma. Es una herramienta fácil de usar y muy efectiva a la hora de detectar imágenes fuera de contexto que intentan utilizarse para engañar en temas sociales, políticos o de crisis.
Entre los tantos sitios web para verificar hechos, cabe destacar Snopes, Maldita.es, AFP Actual y FactCheck.org. Estas plataformas virtuales se dedican a la investigación y desmentida de noticias falsas alrededor del mundo.
Su función es la de analizar la información viral que da vueltas por internet, comparando fuentes y presentando evidencia irrefutable acerca de su autenticidad.
Las redes sociales han implementado múltiples sistemas de verificación de información, siendo las Community Notes de X uno de los más populares y eficientes. Herramientas como Hoaxy e InVID Project sirven para rastrear la difusión de una noticia en redes y analizar si un video fue o no editado por expertos.
En caso de toparse con una noticia potencialmente engañosa, lo primero que hay que hacer es no compartirla sin antes haberla verificado. El principal motivo de la propagación de la desinformación es que las personas la comparten sin chequear la veracidad, tanto por indignación como por emoción. Por eso, previo a clickear en “Compartir”, conviene aplicar algunos de los métodos de verificación mencionados.
También es útil reportar las publicaciones falsas que aparezcan en redes sociales. Plataformas como Instagram, Facebook y X cuentan con opciones para denunciar contenido potencialmente dañino o engañoso. Las Community Notes de X son muy importantes porque desmiente la noticia al momento, evitando su difusión involuntaria.
Fomentar el pensamiento crítico y explicarles a amigos y familiares acerca de cómo identificar las fake news puede hacer la diferencia para generar comunidades digitales informadas que no caigan en errores evitables.
Hoy en día, la IA es una herramienta esencial tanto en la generación como detección de fake news. En el aspecto dañino, la inteligencia artificial puede ser usada para crear deep fakes, que consisten en la generación de videos falsos sumamente realistas en los que personas supuestamente dicen/hacen cosas que jamás sucedieron.
En contraste, la IA se usa mucho para combatir la desinformación. Son varias las plataformas digitales que utilizan algoritmos de detección que están constantemente analizando patrones en imágenes, videos y textos para identificar contenido manipulado, falso o tendencioso.