

Agentes de la DDI La Plata detuvieron en las últimas horas a un profesor y ex policía de la División Infantería acusado de grooming contra una alumna de 11 años.
La denuncia fue realizada por la madre de la menor. Según le dijo a la Policía, el acusado, de 62 años, aprovechó la relación de docencia en artes marciales en un club barrial, que le dictaba a la víctima.
De acuerdo a la denuncia, el hombre se habría contactado con la chica utilizando un abonado telefónico mediante las aplicaciones WhatsApp y Roblox para enviarle mensajes prematuros y lujuriosos, cuya intensidad se incrementó con el correr del tiempo.
Luego de escuchar el relato, la Policía procedió a un exhaustivo análisis del teléfono de la menor donde se documentaron dichas conversaciones tanto escritas y audios, los cuales reflejaban expresiones relacionadas con acciones sexuales, que se sumó a informes de empresas telefónicas y testimonios.
Esto último devino en un operativo policial en un domicilio de San Carlos, donde los uniformados secuestraron cuatro teléfonos celulares, tres de la marca Samsung y el restante de la marca kodak, un pendrive Kingston de 32 GB, una memoria extraíble marca Sandisk de 8 GB y un disco rígido marca Western Digital de 320GB. Ahora el material de almacenamiento será peritado.
Tras el allanamiento, el sospechoso quedó imputado por el delito de "grooming" y está detenido a disposición de la fiscal Cecilia Corfield.
El grooming es el acoso sexual a niños, niñas y adolescentes a través de medios digitales, consistente en acciones desplegadas generalmente por personas adultas, de cara a establecer contacto con fines sexuales.
El término de “grooming” tal como se lo conoce en el habla hispana o “child grooming” en el habla inglesa, es un anglicismo que se traduce en conductas de acercamiento o acicalamiento, configurándose como delito en distintos países de América Latina.
Representa una serie de conductas deliberadamente emprendidas por una persona con el objetivo de contactar a un niño, niña y/o adolescente y así ganarse su confianza, estableciendo un vínculo emocional a fin de disminuir sus inhibiciones para luego generar un encuentro personal en el mundo físico, o bien, como en la mayoría de los casos, obtener el material de contenido sexual por parte de la víctima para su comercialización, distribución y/o para satisfacer su perversidad sexual.