“Escraches” es título la nueva muestra del artista plástico Augusto Turallas, mejor conocido como Falopapas, un artista pop que en este momento pasa de pintar un obra monumentale -su última intervención fue de 400 m2 sobre un edificio en Brooklyn, Nueva York – a presentar dibujos de pequeño formato en Cariño, la flamante galería de arte del Barrio Hipódromo. Para abastecer esta muestra, cuenta, pasó largos ratos “buceando en redes sociales, en el deep Facebook”, algo que ya había hecho en sus dos muestras anteriores -Stalk de 2015 y Sexting de 2016 -, y que retoma como método con la idea de cerrar una trilogía de muestras con foco en lo virtual. “El arte pop de los ‘60 estaba en las góndolas del supermercado, el pop contemporáneo está en el telefonito”, considera.

Para esta muestra, que inaugura el sábado 24 a partir de las 20 en diagonal 114 N° 71, Falopapas buscó abordar la estética de una acción pública, popular y polémica: “Son todos retratos y dibujos hechos a partir de fotos de gente escrachada en redes sociales”, cuenta. “Hace un tiempo navegando por Facebook me topé con un grupo llamado Mecheras de Tucumán, donde ponían fotos de las mujeres que roban en locales de ropa. Al rato encontré con otro llamado Saqueadores De Córdoba Con Nombre Y Foto, donde publicaban fotos de hombres y mujeres para criminalizarlos. Me llevó un tiempo largo pero encontré como cincuenta grupos distintos, de todas las provincias, y de esos grupos saqué los retratos que me interesaron y que conforman la muestra”.

¿Qué hay en esas fotos?

Desde el punto de vista estético hay una gran variedad de retratos mal tomados, porque muchas fotos son de cámaras de seguridad o son fotos robadas con el teléfono. Pero el material más interesante es el que los mismos escrachados publican en sus propias redes. Llegué a esas fotos porque para hacer los escraches se meten en los perfiles de los “malvivientes”, copian las fotos y las suben al grupo. Y ahí encontré relatos de poder, personas que exhiben sus armas, sus músculos, sus motos hechas bolsa, su temeridad. Es todo actitud. Y lo que se ve ahí además es poco habitual para los perfiles a los que estamos acostumbrados, donde todos quieren mostrar que tienen la pileta más grande, el perro más chulo y las vacaciones más exóticas. Acá hay otras formas de representarse, y son incómodas, algunas dan miedo, otras son ridículas, pero sin dudas interesantes.

¿Y qué hay en la obras?

Una reproducción de esas fotos hechas con tracción a sangre. Es cierto que el pop busca anular la gestualidad, matar la autoría, pero acá me tomé la licencia de hacer estas siluetas con la inevitable identidad del dibujo a mano porque veo demasiadas fotos vectorizadas y coloreadas circulando como arte pop así que preferí volver un poco al oficio, a la vieja escuela, para diferenciarme. Y después está todo lo otro que trasluce la muestra: la criminalización instantánea, portátil, el Facebook como tribunal penal y la exhibición de los muchos filos que tienen las redes sociales