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Información General | 17 abr 2017

Un trabajo interdisciplinario

“Volver a elegir”: un equipo de la UNLP trabaja con jóvenes que están por salir de la cárcel

Un equipo de extensionistas de la Facultad de Psicología, de Trabajo Social y de la Cátedra de Musicoterapia de la Universidad Nacional de La Plata trabaja para acompañar a jóvenes privados de su libertad y favorecer procesos de reinserción a la comunidad.


El proyecto denominado “Volver a elegir. Orientación para egreso en contextos carcelarios”, dirigido por la psicóloga y directora del Centro de Orientación Vocacional de la UNLP, Teresita Chá, y codirigido por la licenciada, Mariela Quiroga, se enmarca dentro de la educación en contexto de encierro. Transita su tercer año de implementación en las unidades penitenciarias Nº 45 de Melchor Romero y Nº 9 de La Plata.

Sus destinatarios son jóvenes privados de su libertad de entre 18 y 25 años que se encuentran transitando la última etapa del Programa Integral de asistencia y Tratamiento para Jóvenes y Adultos de la jefatura del Servicio Penitenciario Bonaerense (PIAyTJA), por lo tanto están próximos a ser excarcelados. Pertenecen a la región de La Plata y Gran La Plata para que sea viable darle continuidad y seguimiento a las trayectorias que realizan. También se trabaja con su grupo familiar.

“La propuesta apunta a impactar en la reducción del grado de vulnerabilidad sociopenal, al disminuir mediante las actividades que se realizan, las condiciones de desventaja para acceder a los derechos protegidos por el Estado, profundizando la construcción de estrategias de vida que puedan romper con lugares asignados y asumidos desde la estigmatización social y cristalizados en la negatividad”, explicó Teresita Chá.

En cuanto a cómo se lleva adelante el proyecto, la metodología de trabajo contempla para con los jóvenes, dos tipos de dispositivos: uno grupal y otro individual.

El grupal, a partir de la realización de encuentros con modalidad de taller, además de dos jornadas especiales – una al inicio del proceso y otra al final – en la que se promueve la participación de todos los actores posibles, tanto del equipo extensionista como de las Unidades Penitenciarias.

Se realizan entre 12 y 14 encuentros con frecuencia semanal y tres horas de duración. El taller como modalidad metodológica, se concibe como un espacio y un tiempo de comunicación, reflexión y creatividad participativa, donde lo importante es el proceso y menos el producto, aunque se alientan permanentemente objetivos de producción. Su utilización supone hacer frente a la lógica del aislamiento característica de las unidades penitenciarias.

Cada uno de los talleres, es diseñado a partir de los emergentes que se van recortando a lo largo de cada encuentro, incluyéndose diferentes técnicas y dinámicas: musicoterapéuticas, lúdicas, psicodramáticas, collage, confección de afiches, entre otras, que contribuyen al cumplimiento de los objetivos que se proponen.

“El individual, a partir de la realización de entrevistas que denominamos clínicas operativas para elaboración de los temas abordados en los talleres, y de acompañamiento personalizado”, explicó la directora del proyecto. “Al igual que los talleres, las entrevistas que realizamos son focalizadas”, dijo Chá.

El equipo extensionista también trabaja con los referentes familiares. Con los referentes vinculares se plantean contactos iniciales en los horarios y días de visitas a los jóvenes, previo consentimiento de ellos mismos, acuerdos para visitar los hogares y realizar en ese ámbito entrevistas con los que puedan y deseen participa. Se realizan en forma conjunta entre extensionistas del campo de la Psicología y de Trabajo Social.

La directora del proyecto expresa, “resulta esencial visitar sus hogares, para conocer sus contextos, qué hacen, dónde viven, tomar un mate en sus casas y también porque la hora de visita es sagrada. Al principio pensamos en hablar con los familiares en ese momento, pero entendimos que ese ratito es el único contacto que tienen los chicos con el afuera.”

Por otro lado, dentro del equipo de trabajo hay un grupo coordinado por profesionales de Trabajo Social que se dedican a elaborar una red de contención, que incluye teléfonos, direcciones, nombres de referentes de escuelas y unidades sanitarias y todo aquello que ayude a formar una base de datos para facilitar su inserción social. El material es entregado a cada uno de los jóvenes participantes del proyecto para que puedan acceder en forma rápida y clara a datos esenciales de recursos dentro de sus zonas de inserción y también queda a disposición de las Unidades Penitenciarias.

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