Marcelo Toledo nació en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero, llamada “Cuna de Poetas y Cantores”. Forma parte de las nuevas generaciones de músicos santiagueños que se destacan por su talento y calidad.

Con el éxito de la interpretación de la zamba “Gustito a mistol” multiplicó el reconocimiento y los seguidores siendo requerido en los festivales más prestigiosos del país. En el 2014 fue distinguido como “Artista Destacado” del Festival Nacional de Folklore Casquín 2014, y en el Festival Nacional de la Salamanca recibió la mención como “Reconocimiento al Aporte Cultural”. En mayo de 2016 presentó su disco “Sonidos y Colores de Mi Tierra”, por primera vez en Buenos Aires, en el Teatro del Viejo Mercado.

En lo que lleva este 2017, pisó importantes escenarios de nuestro país como el “Festival de Doma y Folklore de Jesús María”, “Festival de la Flor del Alfalfa”, “Festival del Alto”, “Noche de Música y Encuentro de La Cocha”, “Fiesta del Violinero”, “Festival Nacional de La Salamanca”, “Festival Nacional del Cabrito”, “Festival Nacional del Artesano”, “Festival del Quebracho”, Festival del Potal del NOA”, “Fesitval del Tamal”, “Festival de Doma y Folklore de Villa Robles”, “Festival de la Soja y el Poroto”, “Festival Provincial del Choclo”, “Fiesta Provincial del Chivo”, entre otros.

Desde hace dos años realiza su peña: “La Peña de Marcelo Toledo”, en su ciudad natal de La Banda, con proyección para ser itinerante por cada rincón de nuestro país.
Marcelo cuenta con cinco materiales discográficos en su haber. “Sonidos y colores de mi tierra” (2015), es su primer disco doble con amplio repertorio en dónde nos ilustra a través de su voz y melodía su tierra. Los discos anteriores son: “Soy raíz” (2011), “En vuelo de chacareras” (2009), “Con la voz del alma” (2008) y “Gustito a mistol” (2006).

CANDELA MAZZA LA CANTORA SANTIAGUEÑA

Candela Mazza, nacida en Ojo de Agua, fue revelación de Espectáculos Callejeros en Cosquín y está presentando su disco “Sanavirona” y otros éxitos, como “Añoranzas” y “Corazón atamishqueño".

Candela Mazza es parte del paisaje espiritual del Santiago profundo, una cantora que no es producto del conservatorio sino que es hija de eso mismo que hizo cantar a Sixto Palavecino y escribir a Homero Manzi.

“Candela es hija de la sequía, hija de la cultura de la adversidad, hija de la chacarera montaraz, hija de la vidala existencial, hija de la espera de los changuitos descalzos, hija de los himnos de raza, hija del rezabaile y de las alabanzas de las rezadoras, hija de los templos del Señor de los Milagros de Mailín y de la resistencia espiritual de la Salamanca, hija de la plegaria quichua y la copla criolla, hija de la danza desesperada de la Telesita y de la China que en su rancho cada día pelea contra el chagas. Hija del exilio hachero y de la tragedia ambiental de la forestal. Hija del silencio del crespín y del balbuceo nostálgico del legüero. Hija de lo que ha callado por siglos el vinal y lo que hoy confiesa el algarrobo”, aseguró el crítico Pedro Patzer.

“Candela Mazza consigue poblar las sinfonías humanas de su pequeña patria santiagueña haciendo de su voz, una flor silvestre de Ojo de Agua. Haciendo de su canto, una herramienta que le devuelve la Patria insurgente de la infancia”, agregó.