Información General | 21 oct 2015
Hoy a las 19
Horacio González presenta en La Plata su novela "Redacciones cautivas"
La entrada será libre y gratuita
Esta noche, en el Complejo Bibliotecario Municipal López Merino (49 N°835 entre 12 y diagonal74) realizarán la charla y presentación del último trabajo del escritor Horacio Gonzalez, Redacciones cautivas.
Se trata de una novela de ficción, en cuyo centro se discute acerca del ejercicio de la palabra, la escritura y el periodismo bajo la censura y el terror en los campos de exterminio. Con una trama hipnótica armada alrededor de dos redacciones de diario que funcionan en espejo tanto para crear la impresión de diálogo y apertura como para reproducir los mecanismos represivos más perversos, González ofrece una rotunda novela sobre los años de la dictadura, escrita y pensada al borde de lo indecible, pero sin rendirse a la imposibilidad de reflexionar y sin eludir el humor.
Horacio Gonzalez, es sociólogo, docente, investigador y ensayista, nació en Buenos Aires en 1944. Es Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (1970) y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de San Pablo, Brasil (1992).
Se ha dedicado a la docencia en universidades del país y el exterior desde 1968. Ha realizado numerosos cursos de posgrado y especialización. Actualmente se desempeña, además, como director de la Bbiblioteca Nacional.
Autor de numerosos libros, entre otros: “Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas”, “Historia conjetural del periodismo”, “Arlt. Política y locura”, “Escritos en carbonilla”, “Paul Groussac. La lengua emigrada”, “Juan Domingo Perón. Reflejos de una vida”, “La crisálida. Metamorfosis y dialéctica”, “Retórica y locura. Para una teoría de la cultura argentina”, “Kirchnerismo: una controversia cultural”, y otros.
Sobre Redacciones cautivas
En los años oscuros del gobierno militar, dos periódicos contrapuestos pertenecientes a diversas corrientes de las fuerzas represivas, El Heraldo y Creencia, debaten distintos puntos de vista ideológicos en situaciones tan irreales como abrumadoras. Una figura los reúne de modo singular: secuestrado por un grupo militar, Joseph Albergare, propietario del primer periódico se ve forzado a dejar su publicación para escribir bajo coerción en el otro, a las órdenes del fantochesco Julio Argentino Lezama Park. Los periodistas de El Heraldo se ven en consecuencia obligados a refutar al antiguo director de su propio diario, pero presos también de sus propias violencias enunciativas, entablando un juego de contrapuntos en el marco de los cuales todos se encuentran, de alguna forma, en cautiverio.
Redacciones cautivas se pregunta qué es el terror, y elige dos caminos aparentemente contrapuestos para resolver el interrogante. El primer camino intenta referir la tortura y las condiciones de opresión con los recursos habituales del género narrativo. Se encuentra con los lógicos obstáculos que surgen cuando está de por medio el deseo de escribir los sufrimientos más hondos. El segundo camino es una apelación a la farsa, ese suave dislocamiento de la identidad hacia el absurdo que la deforma sin anularla. Aquí también hay obstáculo, pues el tema mantiene un suelo trágico y suele expulsar cualquier derivación hacia lo farsesco. El relato gira en torno a las condiciones de la escritura periodística cuando el escritor está atrapado en las tenazas de acero de la violencia, la ejercida por la pluma, la palabra o el oleaje férreo del río.