Mientras se espera el “acople” entre los nuevos métodos de medición y los anteriores, que según el Gobierno es imprescindible para calcular la cifra de pobres en nuestro país, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó los últimos datos de pobreza e indigencia en Argentina.

Según el informe, el 27,5 por ciento de la población de la Argentina es pobre, según datos del último trimestre de 2013, lo que representa una suba con respecto al mismo período de 2012. El número evidencia que más de 10 millones de personas son pobres en el país.

Una familia tipo necesita unos 4.142 pesos por mes para no ser pobre, a diferencia de los 1.783 pesos que informó la última vez el INDEC.

“El índice de pobreza incide con más fuerza en el noroeste y en el conurbano bonaerense. En tanto, la indigencia afectó al 5,5% de la población durante el cuarto trimestre del año pasado. En este caso, se produjo una leve caída con respecto al mismo trimestre de 2012”, según la UCA.

Para no caer en la indigencia, el grupo familiar (un matrimonio de 35 y 31 años, con niños de 5 y 8 años) necesita 1.982 pesos por mes, unos 641 pesos por adulto según la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de la UCA. En cambio, para el INDEC sólo se necesitan 788 pesos por familia y 255 por adulto.

El INDEC convalidó durante los últimos años cifras de inflación por debajo del 1 por ciento mensual, y valores de canastas inferiores a los 100 dólares mensuales para una familia con dos hijos, ajustando así el porcentaje de pobres en el país por debajo del 5 por ciento.

Nadie puede ocultar el descrédito del Instituto de Estadísticas: a la omisión de estos datos se suman a las distorsiones que aparecieron recientemente en las cifras oficiales del comercio exterior, a la decisión de seguir sin publicar los precios promedio del IPC, y a la de cambiar súbitamente los datos del PBI.

La economista y ex diputada Fernanda Reyes, de UNEN denunció que el hecho de que, a último momento, el Gobierno decidiera no publicar los datos “demuestra un alto nivel de irresponsabilidad y negación” sobre el tema.

Por su parte, el economista jefe de FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), Juan Luis Bour, señaló que no cree que “haya un dato realista de pobreza e indigencia este año” y que “suena sensato pensar que el nivel de pobreza se ubique entre el 20 y el 25 por ciento”.

Como sea, sin datos oficiales, los especialistas parecen jugadores de “La danza de la fortuna”, y es imposible señalar una cifra que logre amplio consenso en torno de este tema.

Lo que nadie puede negar es que, número más o número menos, la pobreza avanza desde comienzos del año, cuando la inflación alteró todas las variables económicas.