El boliche “La Casona Lounge Club”, ubicado en 44 entre 10 y 11, es exclusivo para mayores de 21 años y tiene como requisito para poder entrar la utilización de vestimenta “elegante sport”. Sin embargo, esas no parecen ser las únicas condiciones que establece el dueño del bar ya que, en forma solapada y totalmente ilegal, también impone un canon de belleza que los clientes deben cumplir.

“Lo que me pasó ayer fue un verdadero acto de discriminación. Eran las 6 am aproximadamente, volvíamos de un cumpleaños con 3 amigas (27,34 y 39 años) y nos dirigimos al boliche La Casona, lugar al que nunca había ido y lugar al que nunca volveré. Hicimos la fila correspondiente y al intentar entrar nos pidieron el documento”, contó la mujer víctima del acto discriminatorio.

“En mi caso particular lo exhibí como corresponde. Al ingresar las 4 y sin motivo alguno vino un señor de seguridad me agarró del brazo y me sacó. Quiero aclarar que no estaba alcoholizada, estaba bien vestida, ya que veníamos de un cumpleaños de una compañera de trabajo, y no había ningún motivo para que me agarraran del brazo y me ‘invitaran’ a salir del boliche”, continúa.

“Incluso todos sabemos que un hombre no puede agarrar del brazo a una mujer y sacarla como un perro como me sacaron a mi. La verdad es que nadie me pudo dar una explicación, nadie salió a dar la cara. El jefe de seguridad me dijo: ‘La verdad es que no la tengo. Te pido disculpas. Acá sabes cómo es. Vienen y nos señalan con el dedo quiénes entran y quiénes no’”, aseguró la joven.

El boliche se ampara en el derecho de admisión, pero esta normativa exige que los motivos de exclusión se fundamenten en condiciones objetivas de admisión y permanencia, que no deben ser contrarias a los derechos reconocidos en la Constitución Nacional, ni suponer un trato discriminatorio para las personas, así como tampoco colocarlas en situaciones de inferioridad o indefensión con respecto a otros concurrentes o espectadores o agraviarlos.

“Me discriminaron por ser gorda. Por no ser una modelo. La verdad es que nunca me había ocurrido. Sólo quería pasar un buen momento con amigas. Nada más", concluye el relato.

Ante esta situación y enterados de que el boliche La Casona incurre en este tipo de prácticas en forma sistemáticas, un grupo de jóvenes prepara una “jornada protesta pacífica” frente al local el próximo sábado 2 de abril a las 24 horas.

“No permitamos que nos humillen por nuestra vestimenta, color de piel y sexo.
Entre todos podemos concientizar y hacer que las cosas cambien. Queremos que todos los que sintieron cualquier tipo de discriminación, lo puedan contar acá y formar un debate para encontrar soluciones”, expresan los organizadores de la protesta en el evento de Facebook

UN GRAVE ANTECEDENTE

En enero de 2015, un joven llamado David Goitea denunció que le impidieron ingresar al boliche a pesar de cumplir con todos los requisitos formales que se exigen.

Cuando David preguntó a uno de los guardias de seguridad por qué no lo dejaban ingresar sólo le respondieron “porque no”. “Ahí pregunté si era porque soy morocho y no me contestó”, relató el joven.

Enojados por este acto de discriminación, David y su grupo de amigos llamaron a la policía pero el efectivo que se acercó “justificó la denegación a la entrada al boliche, confundiendo el derecho de admisión con la discriminación racial”.

“Me gustaría seguir resistiendo a pensar que la razón por la cual no me dejaron ingresar a ese lugar fue que, de mis amigos, soy el más moreno de color de piel. Pero realmente se me hace difícil, toda vez que,cuando le preguntamos al seguridad si era por ese motivo, no lo desmintió, ni siquiera frente a la presencia de un inerte y tibio oficial”, aseguró el joven.

“Te pido que pienses dos veces a la hora de elegir el lugar para divertirte con tus amigos, ya que sitios como este y con sujetos así, no se merecen la presencia de nadie. Saludos. EL NEGRITO”, concluyó David.