martes 30 de abril de 2024 - Edición Nº -1973

Información General | 3 oct 2015

Decano de Ingeniería de la UNLP

Marcos Actis: “Estados Unidos nunca imaginó que Argentina pudiera llegar donde llegó en materia espacial”

Luego del lanzamiento del segundo satélite construido en el país, el decano de Ingeniería de la UNLP destacó la importancia del desarrollo de estas tecnologías y explicó los logros alcanzados. "Es independencia espacial”, aseguró


El miércoles el satélite geoestacionario Arsat-2 despegó hacia el espacio desde la Guayana Francesa en un cohete francés Arianne 5. Se trata del segundo puesto en órbita por el operador estatal argentino después del lanzamiento con éxito de Arsat-1, el 16 de octubre de 2014. “es un orgullo que tengamos esta tecnología en el espacio”, manifestó el decano de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, Marcos Actis.

En la Estación Terrena Benavídez de ARSAT ya se llevó a cabo la primera maniobra de apogeo que permitió trasladar al satélite desde la órbita en la que lo dejó el lanzador a una segunda, más alta. Esta es la primera de una serie de operaciones de encendido del motor principal del satélite que se realizarán en estos días para dejarlo en órbita geoestacionaria, a casi 36 mil km de la Tierra y desde donde brindará servicios.

“Poder ocupar nuestras dos órbitas asignadas por territorio con dos satélites fabricados íntegramente en Argentina por ingenieros y científicos argentinos es independencia espacial”, manifestó Actis en diálogo con Radio Provincia.

El nuevo satélite permitirá servicios de televisión directa (DTH), acceso a internet para la recepción en antenas VSAT y transmisiones de datos y de telefonía IP en toda América.

“Argentina ya había hecho satélites en colaboración con la NASA”, recordó Actis que luego rechazó que “los norteamericanos hayan permitido hacer satélites a cambio del desmantelamiento del misil Cóndor”. En esta línea, aseguró: “Estados Unidos nunca se imaginó que Argentina pudiera llegar adonde llegó en materia espacial”.

Por otra parte, el ingeniero dijo que “entre los dos satélites debe haber un millón 300 mil horas de trabajo y cada uno sale alrededor de 230 millones de dólares”, y aseguró que ambas tecnologías “se pagan con el ahorro que significa dejar de alquilar satélites”.

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