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Martín De Vargas, abogado de los dos jóvenes atropellados, rechazó la versión de la legisladora y su marido sobre lo ocurrido en la madrugada del 1º de enero.

Reiteró que sus defendidos no tuvieron nada que ver con ningún robo y manifestó suspicacias porque no hubo prueba de alcoholemia. Según De Vargas la causa debe encuadrarse en "homicidio en grado de tentativa".

"Puede haber peligro de fuga, lo que se demostró en el mismo lugar del hecho al embestirlo y ni siquiera aminorar la marcha y huir, y además el peligro de eliminar pruebas, que quedó demostrado porque los estaba esperando un funcionario público para protegerlos", dijo De Vargas al canal C5N.

"El test de alcoholemia se hizo pero no inmediatamente porque en un primer momento estaba otra fiscalía con el hecho. Se realizó cerca del mediodía y todavía no llegaron esos resultados", informó a Télam una fuente con acceso al expediente.

Los policías que pertenecen a la Comisaría 1ª de La Plata que estaban de guardia el 1 de enero, declararon que Carolina Píparo y su marido, Juan Ignacio Buzali , pedían que les permitieran el ingreso al baño de la dependencia policial. Inmediatamente notaron un fuerte olor a alcohol y tuvieron que limpiar los vómitos que habían dejado en los sanitarios del lugar. 

El letrado apuntó contra el secretario de Seguridad, Darío Ganduglia: "Es el que comanda la Policía local, las cámaras de seguridad, y es el que tiene a cargo todo un área importantísima, donde están las pruebas de lo que pasó", señaló.

Por eso reclamó a la Justicia "la preservación de la cadena de custodia de la muestra de sangre extraída a Buzali, y que se extienda la pericia a drogas y psicofármacos".

"Ya pedí que se secuestren y periten los teléfonos, que se intime a las compañías telefónicas a que entreguen las listas de llamadas entrantes y salientes de los abonados correspondientes a Píparo, a Buzali y a Ganduglia, y es importantísimo, porque nos va a mostrar el entramado de por qué esta persona aparece en ese lugar, esperándolos para recibirlos y protegerlos", explicó.

Además, el letrado destacó sus sospechas de que Darío Ganduglia, el secretario de Seguridad municipal, puede haber evitado "que se hagan los controles de alcoholemia de rigor", y que "lamentablemente la extracción de sangre fue más de treinta horas después del hecho, por lo que si había alcohol, tuvieron más de un día para tomar diuréticos y eliminarlo".

"Como funcionario de la Municipalidad de La Plata, ante una situación ilícita y ante un posible accidente de tránsito, tiene que hacer una toma de dosaje de alcohol, y el municipio tiene los aparatos y medios técnicos para hacerlo", agregó.

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Luego de que se conoció el atropello, en la mañana del 1 de enero, Píparo alegó que fue a radicar la denuncia del robo que , asegura, sufrió un rato antes de que su marido embestiera a los jóvenes que andaban en motos. Pero una imagen hace pedazos ese versión: ahora se supo que las cámaras registraron que la diputada y su marido pasaron delante de la Comisaria 4ª, en diagonal 73 entre 41 y 42, andando a contramano y a gran velocidad. Pero es más grave aún: nunca se detuvieron a hacer la denuncia, siguieron su marcha trepidante y alocada y casi terminan asesinando a los pibes que estaban recorriendo las quemas de muñecos.

Si faltara algo para cambiar la carátula del expediente judicial, no se sabe qué sería. Las pruebas y las contradicciones no dejan demasiado margen para seguir con la misma línea de investigación.