El gobierno argentino presentó hoy, en forma virtual, la candidatura del Museo Sitio de Memoria ESMA para que sea elegido como Patrimonio Mundial de la Unesco.

La Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), hoy Espacio de Memoria y Derechos Humanos, fue uno de los centros de detención, tortura y exterminio más importantes que implementó la última dictadura cívico militar en la Argentina entre 1976 y 1983. Allí se cometieron crímenes contra la humanidad, que están siendo investigados y juzgados en los tribunales federales.

“Es de suma importancia poder estar presentando esta candidatura ya que este espacio tiene un simbolismo muy importante por lo que representa en Argentina, donde se secuestró, se torturó y se planificó el exterminio de militantes”, afirmó el secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla Corti, desde la sede de la ex ESMA. 

Por su parte, el director general de Casa América, Enrique Ojeda, fue quien abrió el acto en la Casa América de Madrid al señalar que “el argentino es un modelo de reflexión en torno a la memoria que pasa por los elementos de recuperación, de reconocimiento y de reparación, que van dirigidos a construir un futuro de nación consciente y segura para todos”.

Acompañaron a Ojeda el secretario de Estado de Memoria Democrática de España, Fernando Martínez López; el expresidente de España (2004-2011), José Luis Rodríguez Zapatero; y el embajador argentino en ese país, Ricardo Alfonsín, entre otros.

En ese sentido, Pietragalla Corti destacó la importancia que tienen en la Argentina “las políticas en materia de Memoria, Verdad y Justicia que hoy hacen posible que el país pueda postular a este sitio emblemático como patrimonio de la humanidad”.

En ese marco, el funcionario recordó que “el expresidente Raúl Alfonsín dio el puntapié inicial para que la Argentina pudiera tener “un proceso de Memoria, Verdad y Justicia distinto”.

“El expresidente Alfonsín llevó adelante el juicio a las juntas militares, lo que marcó un precedente histórico a nivel regional, ya que fue el primer país que pudo condenar a la cúpula de ese genocidio, de esa dictadura militar con todas las garantías y con tribunales civiles que llevaron adelante un proceso de investigación ejemplar”, completó Pietragalla Corti. 

Por otro lado, también recordó la resistencia de los organismos de derechos humanos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, familiares de exdetenidos, sobrevivientes y trabajadores organizados durante la dictadura que “en democracia exigieron Memoria, Verdad y Justicia”.

Cabe destacar que las denominadas “leyes del olvido” -en referencia a las de Obediencia Debida, Punto Final, y, luego, los indultos- no permitieron que se juzgara a los genocidas durante los 20 años en los que estuvieron en vigencia.

“A partir de 2003, con la llegada del expresidente Néstor Kirchner y con la caída de las leyes de impunidad y de Obediencia Debida, pudimos llevar adelante un proceso de juzgamiento que hoy nos da orgullo en el mundo”, dijo Pietragalla Corti y resaltó que “al día de hoy, hay 1.044 condenados por delitos de lesa humanidad”.

A su turno, Rodríguez Zapatero describió que “la historia de la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica, con golpes militares, dictaduras horrendas, como la argentina, está aún por escribir en la conciencia y en la memoria de muchos ciudadanos del mundo, y lo que es más decisivo, de muchos responsables políticos “.

“Es por eso que mi apoyo y solidaridad con Argentina, que casi al mismo tiempo que España salía ansiosa a la democracia, después de 40 años de ser un túnel oscuro, sufría la embestida de una dictadura militar, grotesca, sanguinaria, como fue la dictadura argentina”, expresó el político español.

Finalmente, Zapatero subrayó que “la comunidad internacional le debe a Latinoamérica y a sus períodos de dictaduras una restitución histórica y política, pero también moral ante la humanidad”.