Información General | 24 nov 2021
Una vecina platense necesitaba medicamentos para su padre y recibió gestos de solidaridad conmovedores
"Me regalaron dos bolsas llenas de medicamentos y me siguen mandando"
La semana pasada la instrumentadora quirúrgica y vecina platense Noelia Monetta publicó en un grupo de Facebook que necesitaba medicamentos para su padre.
A las dos horas comenzaron a llegarle mensajes de muchas personas y al día siguiente la mujer visitó algunos domicilios para retirar los medicamentos.
“Me encontré con historias similares a las mías. Por ejemplo la de una señora cuyo marido tenía Mal de Chagas y no conseguía remedios en el Hospital San Martin”, señaló la Noelia en diálogo con Info Blanco Sobre Negro.
“Me regalaron dos bolsas llenas de medicamentos y me siguen mandando. Como no daba abasto le pedi a mi hermana a la que acaban de llamar para donarle otras tres bolsas llenas de remedios”, agregó Monetta.
La vecina de La Plata tuvo que recurrir a Facebook porque en la farmacia del Hospital San Martin en ese momento no tenían la medicación que necesitaba su padre.
Todo comenzó dos meses atrás cuando al padre de Noelia, que es hipertenso y fumador desde hace años, comenzaron a dolerle las piernas.
“Como fue fumador toda su vida, sabía que la enfermedad periférica en miembros inferiores tiene más incidencia en hombres que en mujeres y los síntomas eran parecidos a los dolores que él tenía”, manifestó la instrumentadora quirúrgica.
Por ese motivo le indicó a su padre que fuera a ver a un médico. Él lo hizo de forma particular porque si bien es monotributista nunca pudo completar el trámite para acceder a una obra social. Por otra parte, desde que comenzó la pandemia es casi imposible para quienes están bajo ese régimen ser aceptados por alguna entidad que brinde cobertura en Salud.
Entonces fue al médico clínico, al traumatólogo, al flebólogo y todos concluyeron que no tenía ninguna enfermedad.
De todas formas el dolor fue progresando hasta que un día el padre de Noelia se raspó la pierna con un cajón y eso le ocasionó una herida, que se le fue "abriendo" cada vez más.
Primero fue a atenderse al Hospital Rossi y después al San Martin. Ahí comenzó a tratarse con una médica que es la que lo atiende ahora, que le confirmó que tenía la enfermedad periférica en miembros inferiores. También le indicó lo mimso que los anteriores profesionales: que dejara de fumar e hiciera ejercicio.
En ese momento al hombre le dolía mucho la herida, tanto que no podía caminar; y aunque le costó redujo la cantidad de cigarrillos que consumía a diario. Igualmente "las cosas ya no estaban bien”, sostuvo Noelia.
Le habían dado unas pastillas para su tratamiento pero en la farmacia del Hospital San Martin debía hacer fila y el hombre estuvo cuatro horas, por lo que decidió comprarlos y gastó seis mil pesos.
“Empezó a tomar los medicamentos pero como se descomponía los dejó de tomar. Al tiempo tuvo un turno con la cirujana pero antes de ir se descompensó, veía borroso y estaba mareado, pero en el San Martin no lo quisieron internar “, recordó la hija.
“Cuando la cirujana lo vio preguntó por qué no lo habían internado. Tenía la presión muy baja y el azúcar en niveles altos (ahi se enteró que era diabético tipo 2) pero sólo le habían puesto un suero”, agregó Noelia.
Finalmente lo internaron y le diagnosticaron una septisemia. Según le dijeron los médicos estaba grave y su destino se definía “minuto a minuto”. Luego lo trasladaron a una sala común y pudieron estabilizarlo.
Pero la historia no terminó ahí sino que, tras hacerle un angiograma con contraste, los médicos determinaron que la pierna derecha no se podía salvar y decidieron amputarle desde la rodilla para abajo. La otra, si bien estaba lesionada, no corría peligro.
Si bien atacaron la bacteria que provocaba la septisemia luego le dijeron que los riñones estaban muy dañados a causa de la misma, al igual que el corazón y los pulmones. También le diagnosticaron un principio de EPOC.
“A causa de que los riñones estaban dañados le dijeron que tomara tres o cuatro litros de agua por día pero cuando tomaba mucha agua se quedaba sin aire y le tenían que poner oxígeno en la bigotera porque se le llenaban los pulmones de agua”, señaló Noelia.
“Tuvo dos edemas pulmonares mientras estuvo internado, con el segundo el médico me dijo que si me lo llevaba a mi casa se moría”, agregó la hija que también recordó que el médico clínico le quería dar el alta a su padre.
Como Noelia pensaba que no estaba en condiciones, se presentó en la Justicia para que el hospital dictaminara algunos requisitos para darle el alta a su padre. Mientras esperaba la resolución su papá tuvo un segundo edema pulmonar y lo llevaron a cardiología.
Finalmente le dieron el alta en el San Martin y a los días le dieron otro turno en el San Juan de Dios, donde le hicieron estudios en el corazón y notaron que no tenía más nada.
“Cuando fuimos a la farmacia nos dieron pastillas y dijeron que eran para 10 o 15 días, pero al llegar a mi casa me di cuenta de que tenía para una semana solamente. Fui a la farmacia pero no había turnos hasta el mes que viene, y yo me quedaba sin medicación. Era sábado y sólo había remedios hasta el domingo”, manifestó Noelia.
“Llamé al médico pero no me pudo ayudar. Yo necesitaba el Tramadol urgente porque mi papá tenía mucho dolor pero me dijo que eso no me lo podía conseguir”, recordó la vecina platense, que al llegar decidíó hacer una publicación en Facebook para pedir medicación.
“Mi papa tiene los pastilleros llenos gracias a la gente. No hay turnos ni tampoco hay medicación”, señaló Monetta, y agregó que su padre está empezando a mejorar.
“Por el momento tiene remedios pero sigo juntando lo que me ofrecen porque no sé hasta cuándo voy a tener”, recalcó Noelia, que aseguró que la crema que le recetaron para el pie de su padre, de 15 gramos, le salió 1200 pesos. “Me impactó cómo más allá del dolor la gente igual decidió colaborar”, concluyó la mujer.