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Información General | 27 nov 2021

Abrieron una carnicería agroecológica en Avellaneda: Todos los detalles de un modelo en crecimiento y poco conocido

Entrevista al productor rural Juan Pablo Oppen


Este sábado la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe) inauguró una carnicería agroecológica en Avellaneda y según señalaron tendrá a disposición cortes de carne vacuna "a precios populares".

Su presidente e integrante de la Mesa Agroalimentaria Argentina, Juan Manuel Rossi, señaló en diálogo con el programa Superlógica de Radio Provincia que el nuevo local es fruto de un acuerdo entre la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la Mesa Agroalimentaria y la Red de Municipios Agroecológicos. El kilo de asado se podrá conseguir a 690 pesos aunque, como oferta de lanzamiento, este sábado estará a 650.

Rossi manifestó que “el tema de la carne vacuna está ligada a otras producciones que hay que incentivar, como las carnes blancas o el cerdo, además de asegurar el mercado interno y promover la producción”.

“Tenemos planificado abrir 10 carnicerías más”, anticipó  Rossi, pero aclaró: "Dependerá de que la energía del Estado esté detrás de ideas como ésta”,  y señaló que esa expeiencia “se puede replicar en todo el país”.

La carnicería estará ubicada en el Mercado Cooperativo de Alimentos, ubicado en la calle Arredondo 3359 de la localidad de Sarandí. Atenderá al público de lunes a sábados de 8 a 18 horas.

 

¿Qué es la ganadería agroecológica?

 

Tradicionalmente la ganadería se desarrolló con vacas de cría a las que durante el período de celo se les introduce el toro para que queden preñadas. Cuando nace el ternero convive con la vaca, va comiendo libremente en los pastizales naturales y tiene refugio para el frío y para el sol con todo lo que el monte nativo ofrece.

En determinado momento, cuando tiene unos 160 kilos, se separa al ternero de la madre y se lo introduce en un proceso de recría donde se le quita la leche y se lo mete en un circuito diferenciado.

Hasta aquí tanto la tradicional como la agroecológica son similares pero la diferencia radica en que cuando se separa al ternero, en la segunda se lo lleva a una pastura y allí empiezan las diferencias entre una recría tradicional con una agroecológica.

En la tradicional se introduce al ternero en una pastura que el productor hizo quemando con glifosato lo que allí había previamente, realizó siembra directa, le puso todo el paquete de insumos químicos y como los animales comen lo que está recién brotado, cada planta que empieza a recuperarse no lo puede hacer.

Entonces el suelo se empieza a degradar y a los tres o cuatro años no hay más pastura, se llena de malezas y hay que volver a quemar con glifosato, volver a fertilizar con químicos y volver a comprar semillas.

"Es un proceso muy perjudicial para el productor y muy beneficioso para el que vende esos insumos”, señaló a Info Blanco Sobre Negro, el productor de ganadería agroecológica Juan Pablo Oppen.

“Ahí radica la gran diferencia con el proceso agroecológico donde nosotros implantamos la pastura arando o a veces introduciendo todos los animales que se pueda antes de sembrar para que quede poca, y después se siembra una pastura que tenga la mayor cantidad de especies posibles”, comentó el productor.

 

 

 

 

 

 

“Luego introducís a los terneros en un sistema de pastoreo racional para dirigirlos a que coman lo que vos querés en el tiempo y forma que lo deseás. Se pueden meter 250 animales en una parcela chica, van a hacer sus necesidades muy concentrados y esos nutrientes que se están incorporando a la tierra van a regenerar la tierra y a solubilizar materiales que no estaban disponibles. Después de un tiempo de equilibrio empiezan a convertirse en pasturas perennes, o sea más duraderas”, especificó Oppen.

Otra de las particularidades de este tipo de ganadería es que no utiliza perros ni caballos, y así logran tranquilizar al ternero.

El uso de remedios también es otra de las diferencias, ya que en la ganadería agroecológica no usan la Invermectina, un antiparasitario que mata al escarabajo estiercolero que es el que convierte la bosta en materia orgánica para las plantas.

De todas formas usan algunos antiparasitarios que son alternativos y, según remarcó Oppen, lo ideal es hacer un análisis de la bosta de manera periódica para ver si hay que actuar con antiparasitarios o quizás la carga de parásitos es minima y no hace falta.

“Si no se utilizan antibióticos no envenenás a todo el resto de la microfauna que es la responsable de que haya una certificación natural al margen del uso de medicamentos homeopáticas o tener en cuenta a los astros, hay un montón de recetas ancestrales que mucha gente los pone en práctica”, manifestó el productor.

 

 

 

 

 

 

Otra diferencia es es que con la ganadería de pastizal, o agroecológica, se captura carbono; algo que no pasa con el sistema de feedlot tanto por el predio como por el alimento que consumen las vacas.

En lo que tiene que ver con la ida al frigorífico hay similitudes pero Oppen aclaró que la idea de la ganadería agroecológica es que “hasta el momento que al animal le llegue la muerte en la faena tenga la mejor vida posible, que sea natural, con una buena dieta y buen trato”.

Como la carne agroecológica es un mercado en formación, el productor de Gualeguaychú que al no tener un frigorífico cercano es muy probable que la carne que él hace de manera agroecológica termine en un feedlot para que las vacas puedan terminar el proceso de engorde.

De todas formas, aclaró que creo están bastante cerca de que en algún momento haya un matadero cerca para poder diferenciar la carne y mantener la trazabilidad desde que nació el ternero hasta que terminó en el gancho y que se sepa que ese animal comió sano y no pasto químico.

“Hay un montón de lugares que lo han logrado, incluso muchos productores que tienen marca propia y están faenando carne de muy buena calidad de vaca de pastizal”, indicó Oppen.

Por último, frente a la consulta si la construcción de frigoríficos cerca de algunas localidades podría abaratar el precio de la carne, Oppen aseguró que "sin duda que podría hacerlo, si en ciudades como Guayleguaychú con cien mil habitantes hubiese un matadero municipal donde se pueda faenar se podría abastecer la oferta de carne saludable a la localidad perfectamente". 

 

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