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Información General | 21 may 2022

Sri Lanka abrió el debate: ¿es posible eliminar los fertilizantes químicos en la agricultura? 

El país asiático lo llevó adelante en abril del año pasado


Por: Federico García

Esta semana la Agencia Paco Urondo hizo referencia en su cuenta de Twitter a un artículo periodístico del medio Foreign Policy que se publicó el 5 de marzo de este año y se metió en el debate entre los modelos de agricultura que hay el país con la siguiente pregunta y respuesta: “¿No funcionó el modelo de Viale y Svampa? Que raro”.

 

 

 



En el mencionado artículo se hacía referencia a la actual situación económica en Sri Lanka, ubicado al sur de la India, luego de lo que el medio llamó “un experimento nacional mal concebido en agricultura orgánica”.

Según la nota periodística, el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, prometió en su campaña electoral de 2019 hacer la transición de los agricultores del país a la agricultura orgánica durante un período de diez años.

En abril del año pasado, el gobierno de Rajapaksa cumplió esa promesa e impuso una prohibición a nivel nacional sobre la importación y el uso de fertilizantes y pesticidas, y ordenó a los dos millones de agricultores del país que se vuelvan orgánicos.

 

 

 



“En contra de las afirmaciones de que los métodos orgánicos pueden producir rendimientos comparables a los de la agricultura convencional, la producción nacional de arroz cayó un 20 por ciento solo en los primeros seis meses. Sri Lanka, autosuficiente durante mucho tiempo en la producción de arroz, se ha visto obligada a importar arroz por un valor de 450 millones de dólares, incluso cuando los precios internos de este alimento básico de la dieta nacional aumentaron alrededor del 50 por ciento”, se puede leer en el artículo de Foreign Policy, y agregó que "la prohibición también devastó la cosecha de té de la nación, su principal exportación y fuente de divisas".

“Antes del estallido de la pandemia, el país había alcanzado con orgullo el estatus de país de ingresos medios altos. Hoy, medio millón de personas se han vuelto a hundir en la pobreza. La inflación vertiginosa y una moneda que se deprecia rápidamente han obligado a los habitantes de Sri Lanka a reducir las compras de alimentos y combustible a medida que suben los precios”, reseñó el artículo.

Si bien hay la nota hace referencia a la agricultura orgánica, que no es lo mismo que la agroecológica, lo cierto es que el debate entre ésta última y la producción con fertilizantes químicos es parte del debate económico en la Argentina, y la pregunta sobre si es posible alimentar a los más de 47 millones de argentinos y argentinas únicamente de manera agroecológica es una de las claves de la discusión.

En primer lugar, la diferencia entre la agricultura orgánica y agroecológica es que la primera sigue siendo una teconología dependiente de insumos, aunque sean biológicos, y no utiliza lo que el propio ecosistema le brinda, que sí es el caso del segundo tipo de agricultura mencionado.

Para trata de responder las dos preguntas anteriores y dar su opinión sobre lo que está sucediendo en Sri Lanka, Info Blanco Sobre Negro dialogó con el profesor del seminario interdisciplinario de Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Fernando Glenza.

En principio, Glenza señaló que cuando se habla de agroecología no es sólo la cantidad de producción sino “la vida de las familias productoras, las condiciones ambientales y sociales, la logística, el transporte, los costos y los insumos”, y en relación al tema de la nota del medio estadounidense manifestó que las producciones de arroz y té son monocultivos, “por lo tanto no se puede tomar como un manejo agroecológico”.

“El té es un arbusto y se poda año tras año, es lógico que hay que ponerle fertilizantes sintéticos y no te va a alcanzar con otro tipo de fertilizante, por ejemplo de vaca”, detalló el profesor de la UNLP, y opinó que le parece “una nota mal intencionada donde se quiere hacer ver que un país que prohibió el uso de fertilizantes químicos cayó en una hambruna, una mirada simplista”.

Sobre el debate en torno a la cantidad de producción de una agricultura agroecológica y otra con fertilizantes químicos, Glenza sostuvo que “si a una remolacha se la 'pichicatea” obviamente va a salir gigante, si aplicás una gran fertilización química segturamente tengas una producción más grande que la agroecológica”.

No obstante esto último, el docente aseguró que “eso es transitorio porque los fertilizantes son caros y vienen de la industria petrolera, en la que los precios internacionales aumentaron” y agregó que “también hay que ver el costo final de ambos modelos”.

Por otro lado, el profesor y extensionista universitario resaltó que “los campos en Argentina hasta la década del 50 tenían un manejo agroecológico porque predominaban las chacras diversificadas donde se dividía al campo en cuatro, cinco o seis sectores donde en un sector había vacas, en otro maíz y girasol, y en otro huertas”. “En el ´50 la agricultura en el país era agroecológica, no se aplicaban pesticidas, y éramos el granero del mundo”, afirmó Glenza.

Para el docente de la UNLP, la discusión no pasa por una competencia entre la agricultura agroecológica y a la que usa fertilizantes químicos en relación a cuál produce más. “Supongamos que con la agroecología se produjera menos y por lo tanto se exportara menor cantidad, también es cierto que se va a importar menos, disminuirá la huella de carbono y se van a emitir menos gases de efecto invernadero”, afirmó Glenza.

“Lo de Sri Lanka me parece una operación mediática para decir que ahí hay un ejemplo de un país que se volcó a la agroecología y terminó en una hambruna”, señaló el docente, y concluyó con su respuesta a si es posible una alimentación agroecológica total en Argentina: “creo que si, sobre todo por la extensión de tierras que hay en el país, las millones de toneladas que se exportan exceden la distribución interna”.

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