Streaming es uno de los términos tecnológicos que han aparecido en los últimos años y han acompañado a las rutinas de muchos internautas. Su definición es sencilla y es que se trata de consumir cualquier contenido, ya sea en vivo o grabado previamente, mediante una computadora o cualquiera de los dispositivos inteligentes a través de internet y en tiempo real. Son muchas las actividades que lo usan, sobre todo aquellas relacionadas con el sector del entretenimiento.

Una de las ventajas que permiten este tipo de consumo de contenido es que evita descargas en los diferentes aparatos. Estos archivos, preparados para ser consumidos, se almacenan en la nube y ofrecen la posibilidad a los diferentes usuarios de consumirlos de manera simultánea, en vivo, y sin la necesidad de descargar todo el vídeo o el audio. Siempre estarán presentes en la nube y solamente se requiere para disfrutar de ellos de conexión a internet de alta velocidad y tener acceso al contenido.

Pero si hay un tipo de streaming que se ha vuelto muy popular en los últimos tiempos es el “streaming en vivo”. Éste tiene la particularidad de que los contenidos no están grabados previamente y almacenados en la nube, sino que están siendo emitidos en directo por parte del emisor. Plataformas como Facebook o Twitch se han hecho muy populares en este sentido, no solamente ofreciendo imagen en vivo a los internautas, sino además permitiéndoles emitir comentarios e interactuar de diferentes maneras.

Y otras de las particularidades de esta tecnología es que establece dicha conexión a través de cualquier plataforma inteligente, ofreciendo el contenido a la mayor cantidad de personas posibles. Ya no solamente es posible visualizar este tipo de contenidos, como vídeos o audios, a través de la computadora, sino que se ha ampliado la oferta a otras pantallas como celulares, tabletas o incluso televisores inteligentes.

Ejemplos de aplicación del streaming

En muchas ocasiones, se relaciona streaming con las plataformas de contenido audiovisual, pues estas son una de las mayores beneficiadas de este avance tecnológico. Compañías como Netflix o Disney Plus fueron de las primeras que se aprovecharon de esta novedad, colgando su catálogo de series y películas en la red y ofreciendo a todos usuarios, bajo una suscripción mensual, la posibilidad de disfrutar de ellos en tan solo un clic y sin necesidad de descargas ni ningún tipo de espera. Solo era necesario tener acceso y conexión a la red.

Incluso en el sector de los juegos podemos encontrar aplicado el streaming. Por ejemplo, en los salones virtuales se presentan juegos de casino con crupier en vivo que reparte al usuario cartas del blackjack a través de la pantalla. De esta manera, se reduce la distancia entre el jugador y la plataforma y la experiencia mejora considerablemente. La interactividad y el nivel de implicación son mayores que si el reparto lo hiciera una máquina y no un ser humano.

Sin salir del ocio más puro, esta tecnología está siendo muy usada para los deportes electrónicos, los populares e-sports. Muchos de los emisores de este tipo de contenido usan aplicaciones como Twitch para compartir con sus seguidores sus entrenamientos y partidas en tiempo real. Se trata de una manera de sentirse partícipe de la acción siendo, en realidad, un mero espectador.

Aparte de juegos y vídeos, también está presente en el sector del contenido auditivo, concretamente el musical. A diferencia de lo que sucedía antes, ya no es necesario comprar un CD o descargarse una canción por internet. Ahora, en plataformas como Spotify o Apple Music hay miles de títulos y artistas disponibles bajo suscripción. Por un módico precio se tiene a su disposición millones de pistas con una calidad destacable y disponible a través de cualquiera de las plataformas existentes, desde asistentes virtuales hasta los celulares.