Este fin de semana, realizaron el segundo Encuentro Plurinacional del Activismo Gordo en Rosario.

Una de las organizadoras de la actividad e integrante del Colectivo de Gordes Activistas de Argentina, Manuela Schuppisser, explicó: “El activismo gordo surgió en los 80 a través del feminismo afrodescendiente de los Estados Unidos, movimientos de mujeres lesbianas que empezaron a pensar que dentro del feminismo no se estaba pensando la corporalidad gorda”.

En el encuentro abordaron distintos ejes, como "la patologización de las corporalidades gordas, el estereotipo de cuerpo ideal, los daños a la salud mental que provocan la discriminación y el hostigamiento a quienes no encajan en esos modelos dominantes".

En el documento inicial expresaron:  “La discriminación, el estigma y la violencia que la sociedad ejerce sobre nosotres con la pretensión de normalizar nuestros cuerpos encuentran en las instituciones una legitimación que nos aleja del ejercicio pleno de nuestra ciudadanía”. Y agregaron: “Por eso, como aprendimos de las luchas de otros grupos oprimidos, reivindicamos nuestros derechos y exigimos acceso a la educación, a la salud, al hábitat, a la vestimenta, a la alimentación y al trabajo”.

 

 

Arrancamos el 2° Encuentro Plurinacional de Activismo Gordo en #Rosario para encontrarnos en clave colectiva y construir una agenda de lucha ✊🌈 pic.twitter.com/T7W9cpt9Xe

— Luz Ferradas (@luzferradas) November 27, 2022

 

Manuela Schuppisser, integrante del grupo organizador, el Colectivo de Gordes Activistas de Argentina, dijo a la agencia Télam que lo que afecta "tanto hostigamiento y discriminación",  que ello influye en su salud  mental, y que no les  permite "vivir en libertad”.

Luz Ferradas, activista gorda y concejala de Rosario, planteó que “la diversidad tiene que ser la norma”. Y aclaró que realizaron trabajos en "cuatro talleres" donde abordaron demandas "que hacerle al Estado en post de la construcción de políticas públicas que contemplen el acceso" a sus derechos.

 

 

 

 

 

 

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Otros de los ejes del encuentro fue la equiparación del concepto de gordura a la noción de enfermedad. “Lo primero que se nos cuestiona es la salud. ‘Te lo digo por tu bien, te lo digo por tu salud’, teniendo en cuenta este mandato de que si sos gordo sos enfermo, aunque las personas delgadas también pueden tener patologías, pero a ellas no se las cuestiona tanto”, señaló Schuppisser.

Por su parte, Ferradas manifestó: “Uno de los estereotipos es que las personas gordas somos enferma solamente por la cantidad de kilos que tenemos”, y añadió que “si sos gordo aparece el ‘por qué no te cuidás’, o el preconcepto de que si sos gordo sos una persona triste, sucia, solitaria”.

Otra participante mencionó “la culpabilización” de la persona gorda, que se resume en la frase "El gordo es gordo porque quiere”, y afirmó: "Tenemos derecho a ser queridos como somos. Para un gorde no hay nada mejor que otro gorde”.

“Para quienes asumimos como parte de nuestra identidad ser personas gordas, tiene un poder porque hace resignificar esa palabra que fue utilizada para insultarnos, discriminarnos o lastimarnos, y hacerla propia es positivo, es nuestra manera de habitar el mundo”, dijo Ferradas.

En el Encuentro también propusieron “politizar” la gordura, sacarla de un lugar individual, meramente personal, para compartir experiencias y demandas al sector público desde lo colectivo.

“Se está visibilizando mucho esto del amor propio, del positivismo corporal, pero es una cuestión muy individual. Yo me levanto a la mañana, me miro, me maquillo, me amo y estoy recontenta, y salgo y la sociedad me está excluyendo”, remarcó Schuppisser.

La militante santafesina, Florencia Alegre, cuestionó el rol de las redes sociales que “te cuentan un montón de dietas” o la televisión donde se “ve violencia sobre los cuerpos”.

“Hay una campaña enorme de los cuerpos de verano. Nosotras decimos que todos los cuerpos son de verano, la única característica es que sea verano, después el resto son todos cuerpos”, sostuvo.