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Información General | 26 ene 2023

Riesgos de calambres, dieta estricta y más de 13 horas en el agua, ¿cómo es el desafío de cruzar a nado el Río de la Plata?

Entrevista al deportista número 35 que realizó la hazaña, Alberto Orsini (h).


Por: Federico García

Alberto Orsini (h) vive en la Ciudad de Buenos Aires, donde es dueño de una tienda que vende telas para distintos deportes. Esta semana fue el nadador 35° en cruzar a nado el Río de la Plata desde Colonia hasta Punta Lara, un trayecto de 42 kilómetros. Nacido en Chacabuco, suele competir en torneos y también forma parte del equipo de natación AFO, que entrena su padre.

En diálogo con Info Blanco Sobre Negro, el nadador bonaerense comentó que para prepararse de cara al desafío de cruzar a nado el Río de la Plata debió, además de entrenar varias horas por día, someterse a una dieta estricta en la que abundaron las frutas y desaparecieron las frituras. Sobre todo, como la mayoría de los deportistas, se basó en la ingesta del potasio (bananas) para evitar calambres durante su travesía. 

“Desde chico hice gimnasia y arranqué hace más de diez años con la natación (hoy tiene 41). De a poco le fui agregando más horas, nadé en aguas abiertas y hace un año me invitaron a realizar el cruce en forma grupal. Lo consulté con mi entrenador, que me dijo que era posible hacerlo, y decidí llevarlo adelante pero de manera individual”, recordó Orsini.

Con respecto a la planificación, el nadador comentó que desde hace unos años para realizar la mencionada hazaña se requiere autorización por parte del Estado uruguayo y del argentino. Luego le dan al interesado/a una fecha aproximada, con una ventana de una semana, y dentro de ella hay que elegir el mejor día.

“La idea era salir a las dos de la mañana de Colonia (Uruguay) para llegar acá temprano y de día, pero como la Prefectura de Uruguay no me autorizó salí más tarde y con un oleaje más complicado, que de todas formas se fue estabilizando, aunque llegando a Punta Lara subió la marea y me atracé un poco, empecé a nadar a menos de la mitad del ritmo que venía”, recordó Orsini.

Durante todo el cruce el deportista fue acompañado por un velero que le iba marcando el trayecto, por un guardavidas, la Policía y su hermano, el encargado de darle bebida y comida. Cuando el río estaba más complicado, a Orsini le alcanzaban el alimento o el agua “con un rodillo de pintar y un mediomundo”.

Sobre la temperatura del agua, el bonaerense destacó que “no es tan fría por la época del año”. Y detalló: “Estaba entre los 21 y 29 grados, menos de 20 a la noche”.

Con relación a las complicaciones físicas como los acalambramientos, el deportista contó que no los suele sufrir y que no tuvo mayores inconvenientes, salvo cuando estaba llegando que no podía patalear tanto porque comenzó a sentir un principio de acalambramiento y debió aflojar la intensidad.

“Estoy acostumbrado a nadar sin agitarme y manteniendo el ritmo”, destacó Orsini, aunque agregó que “todo se entrena y hay que llegar descansado”.

Por último, el nadador resaltó que el recorrido le llevó 13 horas y 24 minutos, y que la parte más complicada fue el tramo final cuando subió la marea y debió ir más despacio.

“Mi hermano me comentó que el envión del principio me dio margen para cuando las cosas se complicaron, pero primero me dijeron que faltaban tres horas, después cuatro y cinco, y yo seguía nadando, fue durísimo, te da miedo deshidratarte y un montón de cosas más pero son cosas que pueden pasar”, concluyó Orsini.

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