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Opinión | 15 feb 2023

El Frente de Todos de La Plata se prepara para las elecciones con demasiadas incógnitas y Julio Alak en el centro de la escena

¿Será una mujer quien encabece las listas? ¿Habrá internas? ¿Quiénes quieren competir? ¿Hay chances de ganarle a Julio Garro? ¿Cuántas?


Por: Nicolás Harispe

El protagonismo de Julio Alak en la escena política local y provincial dispara rumores que circulan sin parar.

Es indudable que el hombre nacido en Benito Juárez y exintendente de la capital bonaerense sobresale por experiencia y carisma por sobre el resto de las figuras del Frente de Todos platense. Nadie podría negarlo.

Además, la confianza que le dispensó durante más una década Cristina Fernández de Kirchner se hace más patente de la mano de Axel Kicillof, que lo valora como una pieza clave de su gestión.

Sabe que el actual ministro de Justicia bonaerense tiene una sólida formación intelectual, gran experiencia de gestión, y vínculos fluidos con jerarcas de la Justicia provincial, del poder económico y del movimiento obrero.

Es un hombre del poder, moldeado en los palacios más que en las calles, y que logró gobernar cuatro veces este distrito tan esquivo al peronismo, un desafío que en estos días perece hasta extravagante.

Pero Alak mueve sus piezas en un tablero lleno de colores. No es, por lo menos formalmente, el mandamás del FdT platense.

El Gobernador y la Vicepresidenta se esmeran en colocarlo en esa posición, y en el mientrastanto él se encarga de cederle protagonismo a la diputada provincial Lucía Iañez, que a estas alturas nadie duda que es su apuesta política para la Ciudad. Fue él quien pidió que integrara las listas que la llevaron a la legislatura bonaerense, él la dirige, él la promueve.

Pero Don Julio no es el único actor potente del PJ en La Plata.

La Cámpora hace más de una década que viene acumulando capital político en el distrito. Tanto que hasta se da el lujo, en tiempos de atomización y grandes dificultades para abrir caminos de unidad en el peronismo, de trasladar las “tendencias” que tiene a nivel provincial al plano local.

Como saben quienes gastan horas en los cafés del centro platense rumoreando sobre las roscas y las cajas y los módulos y los contratos y los planes y las encuestas y los cambios de bando, esa agrupación política funciona con dos corrientes que tienen correlato en cada distrito. Arriba las representan Máximo Kirchner y Andrés “El Cuervo” Larroque. En La Plata tienen sus correspondientes referencias.  

Más afín a Kicillof y a Larroque aparece la excandidata a intendenta Florencia Saintout, que además es titular del Instituto Cultural bonaerense.

Su contraparte dentro de "la orga” es el presidente del PJ platense y diputado provincial Ariel Archanco.

No se llevan del todo bien, ni del todo mal. Archanco mantiene un perfil llamativamente bajo que recuerda al que cultivó su mentor, el amigo de Máximo Kirchner y exconcejal Martín Alaniz.

No es raro que lo político que caracteriza el titular del PJ, en este caso, sea reflejo del estilo sombrío y opaco de su mentor, Alaniz.

No habla con muchos militantes el amigo de Máximo, pero su vínculo personal le permitió ordenar desde cafés céntricos la interna camporista durante todos estos años, años de trepidante avance para La Cámpora que ya no volverán. Por lo menos de la misma manera. 

Florencia Saintout fue quien hizo crecer ese espacio en el plano electoral. Sus rivales internos señalan que su cuarto de hora ya pasó y que gastó su capital político en comicios perdidos. Pero nadie logró (hasta ahora) ofrecer una referencia nueva al electorado de La Plata, sino todo lo contrario.

En muchos distritos hay mil caras que se ofrecen gentilmente a ayudar al FdT a despegar de la última derrota, pero acá abundan sobre todo las conspiraciones. Muchas, y que parecen todavía no incidir en nada ni en nadie. Tampoco se ve a dirigentes decir esta boca es mía, quiero ser, vamos para allá.

Las consultas de Info Blanco Sobre Negro a quienes cumplen tareas de conducción partidaria suelen caer en saco roto. La mayoría de las figuras reconocidas del FdT prefieren el silencio, como si abrir la boca fuera suficiente para recibir las diez plagas de Egipto.

Ni siquiera comparten en voz baja sus especulaciones, porque en cada grupo las opciones que perciben como posibles de cara al futuro son tan diversas y difusas que sienten que no tienen demasiado para decir.

Lanzan nombres con aspiraciones de alto nivel para después negociar algo donde sea y como sea. Suele ser así, hay que reconocerlo, pero nunca con tanto desparpajo.

Una fuente llegó a decir a Info Blanco Sobre Negro, por mencionar sólo un diálogo, que Guillermo “Nano” Cara o Gastón Castagneto podrían enfrentar a Julio Alak o a Lucía Iañez.  Y también a quien lleve La Cámpora.

En esa agrupación destacan el nivel de conocimiento que Saintout tiene en la sociedad platense y un recorrido que el resto ni siquiera comenzó a andar. Un capital valioso cuando falta demasiado poco para votar. Este no es un pueblo de 20 mil habitantes, el mayor desafío,  como en todos los distritos, es que el o la candidata sea conocida, más que aceptada. Esto último se puede lograr, lo anterior, el reconocimiento, la instalación, es un largo y oneroso proceso.

En otro campamento están los massistas. Miran de reojo la interna local porque presienten que su destino, quizá, esté ligado al de Sergio Massa. José Arteaga, funcionario de la CNRT, y Juan Malpeli son las referencias locales más importantes.

El primero de los dos, además, tiene una larga experiencia como concejal y conoce al detalle el complejo territorio platense. También es una referencia para las cámaras empresariales y las entidades de la sociedad civil.

Las organizaciones sociales, por su parte, son una incógnita. Atraviesan un momento de crisis profunda, y tampoco constituyen un factor de poder electoral porque están más abocadas a la pelea reivindicativa que a la partidaria.  

Otra figura que desapareció de la pelea local en los últimos meses es Victoria Tolosa Paz. La ministra de Desarrollo Social, aunque nadie de su entorno quiso hablar con este medio, podría apostar a integrar alguna lista provincial o nacional.

Siente que “para que se vea que hay unidad” tiene que figurar su nombre en alguna boleta de más nivel que el distrital, como confió a este medio uno de sus delfines, aunque en off.

Como sea, la figura de Julio Alak es omnipresente en cualquier charla sobre el futuro del peronismo platense.

Florencia Saintout también ocupa cierta centralidad, como se dijo en esta nota.

El resto viene remando de atrás, y sabe que una sola bola negra del ministro de Justicia (y por ende de la Gobernación) probablemente termine con el sueño de varios.

Todos los sectores están convencidos de que en esta etapa se va a repetir la mega oferta del 2019: que la boleta la lleven quienes lo deseen.

Es pura especulación, porque cuesta creer que en tiempos de profunda pobreza económica y de representación social el FdT presente varias listas.

Ese modelo se frustró en los comicios de 2019, cuando nadie cumplió el refrán que dice “el que gana conduce y el que pierde acompaña”.

Con respecto a esto último hay que mencionar que algo queda del bruerismo. Las huestes del exintendente en estos días trabajan por "la libertad de Mariano Bruera”, involucrado en una causa por coimas durante la gestión kirchnerista.

Sorprende que denuncien supuestos embates de “ComodoroPro” en una causa penal que comenzó en 2013, y sobre la que hemos dado cuenta en este medio en reiteradas notas.

Eran tiempos de Cristina Kirchner y de Daniel Scioli, pero ese es el planteo con el que, abandonados por algunos intendentes que ya no atienden sus pedidos, intentan rodearse de solidaridad.

Con este panorama es muy arriesgado hacer apuestas sobre la figura que le dispute la intendencia a Julio Garro desde el Frente de Todos.

Perder como la última vez, en 2021, puede ser un buen negocio para el peronismo platense, y como esa certeza domina las estrategias de cada sector se empioja todo mucho más. Hay muy poco para repartir en lugares expectantes.    

Los o las concejales que podrían ingresar al legislativo local por una alianza de tinte peronista se cuentan en todos los escenarios con los dedos de una sola mano.

El ascenso de la izquierda es difícil que esta vez no supere el 8.33 por ciento, un resultado que permitiría a ese sector quitarle concejales a los partidos grandes y sumar dos ediles.

Encima, la economía no da señales de mejoría, y el cansancio social sólo se macera con bronca.

Lo único que pone algo de calma es la seguridad de saber que todo esto terminará pronto.

Es un escenario muy complejo para el peronismo, que para sumar más desconcierto y fragmentación hacia su interior, tiene entre las filas de la amplia coalición que construyó CFK a organizaciones convencidas de que “hay que prepararse para lo que va a venir, la resistencia al futuro gobierno macrista”, como confesó un conocido dirigente platense a este medio.

Como sea, el proceso de reagrupamiento del “campo nacional y popular” de La Plata tiene el desafío más importante desde el regreso a la democracia: superar el plano de la crítica pueril a la gestión que buscan desplazar, y ofrecerle a la sociedad platense algo más que cartelería y consignas que recuerdan tiempos que nunca volverán.

 

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