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Información General | 28 mar 2023

Registran circulación viral de dengue en 13 jurisdicciones y de chikungunya en cinco

En las últimas horas, el Ministerio de Salud Pública de Tucumán confirmó la muerte de dos adultos.


De acuerdo a datos suministrados por el Ministerio de Salud de la Naciòn, en la Argentina se registra una circulación viral de dengue en 13 jurisdicciones y de chikungunya en cinco.

Hasta la semana epidemiológica 11 de 2023 (del 12 al 18 de marzo) se notificaron en el país 9.388 casos de dengue, de los cuales 8.504 adquirieron la infección en la Argentina. 

En las últimas horas, el Ministerio de Salud Pública de Tucumán confirmó la muerte de dos adultos con diagnóstico de dengue. Uno de ellos presentaba comorbilidades y ambos se encontraban internados en hospitales del sector público.

Según se informó, uno de los pacientes residía en San Miguel de Tucumán y el otro vivía en la localidad de Banda del Río Salí, que se suman a la persona fallecida en dicha provincia el último jueves.

En este marco, el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) sostuvo que si bien desde diciembre a fines de marzo es la época de mayor densidad de este mosquito, y en consecuencia hay mayor riesgo de transmisión en esta zona, el ciclo de vida del mosquito se desarrolla a lo largo de todo el año en los distintos estados, huevo, larva, pupa y adulto.

Por esta razón, los especialistas recomiendan “mantener todas las medidas de prevención y ataque contra el insecto, como única alternativa para evitar un agravamiento del problema”.

Si bien durante el invierno, cuando las temperaturas descienden, el mosquito adulto desaparece, sus huevos pueden sobrevivir varios meses, inclusive años, a la espera de las condiciones climáticas propicias para eclosionar, dando nacimiento a las larvas y, consecuentemente, a una nueva generación de estos insectos.

Juan José García, investigador del CEPAVE, brindó un ejemplo que grafica claramente la magnitud del problema: “en el cementerio municipal hay aproximadamente 300 mil floreros, de esa totalidad puede ser que 500 de ellos tengan larvas de este insecto en septiembre, la población irá creciendo y en febrero casi el 100 % de los recipientes con agua tendrán larvas y pupas de Aedes aegypti, y así aumentará la cantidad de hembras picando y colocando huevos. En ese momento la población de mosquitos va a estar en plena actividad y es cuando el riesgo de transmisión de las virosis es mayor”.

En este marco, García explicó que tanto el cambio climático como los masivos movimientos migratorios que se llevan a cabo de forma constante a causa del turismo o por razones laborales y por el transporte, favorecerá que virus que estaba, por ejemplo, en el sudeste asiático, en África u en otro continente pueda propagarse de forma rápida por América latina.

Un caso de esto último es el del virus del Zika, que estaba restringido a África hasta hace pocos años. Pero en 2014 pasó a islas del Pacífico y en 2015 y 2016 se lo registró en el continente americano, incluida esta región.

Es que Aedes aegypti cuenta con una adaptación natural que resulta clave a la hora de instrumentar mecanismos de control de la enfermedad. Los huevos de esta especie de mosquito tienen la capacidad de pasar largos períodos de latencia en seco; es decir que no eclosionan hasta que la temperatura media del ambiente no supere los 17 grados centígrados.

Gracias a esta cualidad, los embriones pueden mantenerse con vida aún en lugares completamente secos a la espera de agua y calor. Una hembra puede poner un promedio de entre 100 y 120 huevos por ovipostura, hasta cuatro veces en su vida.

Si bien Aedes aegypti se había declarado erradicado de Argentina en 1963, desde 1989 la población del mosquito comenzó a expandirse de nuevo en la región. Científicos del CEPAVE detectaron su presencia en la provincia de Buenos Aires y en la ciudad de La Plata en el año 1994. En el 2000 se presentó un informe detallado a las autoridades sanitarias anticipando que lo que sucede en la actualidad podía ocurrir.

El especialista en insectos vectores de enfermedades explicó que “desde hace decenas de años se sabe que la distribución geográfica del mosquito va de los 35 grados de latitud norte hasta los 35 grados de latitud sur; de modo que era de esperar que el mosquito colonizara esta región si no se ponían barreras artificiales". "Ahora sabemos que el dengue llegó a la Argentina para quedarse”, afirmó García.

Hasta ahora, el mejor mecanismo para controlar la enfermedad es la prevención y educación de la población respecto a medidas personales tales como destrucción de los criaderos y protección contra la picadura de mosquitos de actividad diurna, incluso el empleo de mosquiteros, ropas protectoras y repelentes, espirales.

En cuanto a los criaderos, lo común comprende recipientes naturales o artificiales, generalmente pequeños, en los que se deposita agua, cerca o dentro de las viviendas, por ejemplo, neumáticos viejos y otros objetos como frascos, envases plásticos o floreros. La fumigación solamente es recomendada en los tratamientos focales donde ocurren casos de la enfermedad, para rápidamente reducir la densidad del vector y reducir el riesgo de dispersión del virus

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