Jorge Ignacio García Cuerva fue designado este viernes arzobispo de Buenos Aires por el Papa Francisco, en reemplazo de Mario Poli. García Cuerva fue obispo auxiliar de Lomas de Zamora y obispo de Río Gallegos. Es uno de los hombres más cercanos al Papa Francisco

García Cuerva tiene 55 años, y es conocido como “cura villero”, por su trabajo la villa La Cava de San Isidro. Además, El nuevo jefe de la Iglesia Católica en Argentina se identifica con el pensamiento de “una Iglesia pobre para los pobres”, uno de los conceptos más trascendentales del pontificado de Francisco.

Su designación es el cuarto nombramiento que recibe del Papa, ya que en noviembre de 2017 comenzó a ser obispo auxiliar de Lomas de Zamora, en enero de 2019 fue designado en Río Gallegos y en julio de 2021 en el Dicasterio para los Obispos, organismo del Vaticano que interviene en la selección de los nombramientos episcopales.

Nacido en Río Gallegos en 1968, Jorge Ignacio García Cuerva es el mayor de los cinco hijos del matrimonio de un odontólogo y militar retirado de la Fuerza Aérea, y de una maestra. 

En 1986 ingresó a la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, mientras misionaba en los barrios populares de El Palito y El Garrote, en Tigre. Luego ingresó al seminario y, una vez ordenado sacerdote por monseñor Casaretto, retomó el estudio de la abogacía , hasta graduarse en la Universidad Católica de Salta durante 2009.

En su ministerio pastoral estuvo muy presente la temática social, ya que García Cuerva desarrolló estudios y misiones pastorales sobre la inequidad, la pobreza, la justicia restaurativa, y el compromiso social así como destacó a los centros barriales como respuesta a la problemática de los jóvenes vulnerables.

También abordó la problemática de las adicciones  e integró la comisión nacional constituida en el Episcopado para estudiar esas problemáticas. Con su labor en la pastoral carcelaria, conoce muy de cerca los problemas y desafíos en materia de seguridad.