Información General | 4 ago 2023
Argentina está cada vez más cerca de ser uno los diez países del mundo con capacidad de lanzar un satélite desde su propio territorio
"Se pueden llegar a hacer cosas que tengan historia de vuelo y después venderlas internacionalmente”, afirmó a este medio el decano de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, Marcos Actis.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina logró en los últimos días un importante avance en su programa espacial al realizar con éxito un ensayo del prototipo del motor que será utilizado en el lanzador Tronador II, con el que se buscará lanzar satélites de hasta 500 kilos al espacio. Una vez en funcionamiento, Argentina se posicionaría entre los diez países del mundo que tienen la capacidad de fabricar y enviar al espacio sus propios artefactos.
La prueba se llevó a cabo en las instalaciones de la empresa Valthe, ubicada en la localidad cordobesa de General Ordoñez. Allí, el martes pasado, expertos de la CONAE y representantes de VENG, principal contratista del proyecto, se reunieron para evaluar el rendimiento del prototipo del motor de segunda etapa que formará parte de la versión final del lanzador.
Vale destacar que el programa ISCUL (Inyector Satelital de Cargas Útiles Livianas) de la CONAE es el responsable del desarrollo de los componentes y sistemas de propulsión necesarios para el Tronador II, que tiene como objetivo proporcionar al país los medios de acceso al espacio propios para colocar satélites en órbitas bajas a una distancia de 600 kilómetros de la Tierra.
Según le detalló el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Marcos Actis, a Info Blanco Sobre Negro, lo que se hizo es una “prueba del motor” del lanzador.
“Se logró que el motor regenerativo pueda estar mucho tiempo encendido, algo que todavía no habíamos podido lograr. Estuvo cien segundos y podía haber andado 300, que es lo que se necesita para poder lanzar satélites”, detalló Actis, y agregó que falta construir el vehículo y la turbobomba. Ya fueron “dominados” los motores, ahora hay que ensamblar el satélite y lanzarlo.
Con relación a esto último, el docente anunció que la idea es hacer uno desde el Centro de Lanzamiento La Capetina, ubicado a diez kilómetros del Centro Espacial Punta Indio, provincia de Buenos Aires, entre el 2024 y el 2025.
“Hace poco ajustamos el fuselaje y los tanques para el Tronador II, y ahora los motores, siempre con la misma filosofía de llegar al espacio con una carga de 500 kilos en el 2029, desde Puerto Belgrano. Antes vamos a hacer un lanzamiento en La Capetina, desde donde ya hemos lanzado vehículos, aunque de menos kilos”, agregó el decano de Ingeniería.
Según Actis, los satélites que se están lanzando, como los SAECOM 1A y 1B, sirven para medir la humedad del suelo, detectar incendios y ver los barcos que están pescando en nuestro territorio, y anunció que próximamente se lanzarán radares “para sacar imágenes del mar y ver distintas cuestiones de todo lo que es el material marítimo”.Estos últimos fueron lanzados desde Cabo Cañaveral o Guyana.
Sobre las ventajas de lanzar en territorio argentino, el ingeniero resaltó el ahorro en los costos, pero además “el desarrollo de tecnología que después sirve para la industria en general”, así como también a partir de esta situación se podría “lanzar” en el tiempo que se quiera y cuando esté listo el satélite “sin esperar que te llegue el turno”.
“Ante una urgencia en lanzar se puede hacer y, además, que se pueda llevar tecnología de desarrollo, y que no pueda ser copiada, en tus propios lanzadores es importantísimo para validar las cuestiones que se hagan en el espacio. Se pueden llegar a hacer cosas que tengan historia de vuelo y después venderlas internacionalmente”, afirmó Actis.
Por último, el ingeniero recalcó que en el Tronador II hay alrededor de cincuenta empresas trabajando y universidades como la de La Plata y Mar del Plata, además de empresas platenses como INOXPLA.
“Nosotros cumplimos con todo lo que es la estructura de diseño y cálculo, y con la formación profesional, porque la mayoría de los ingenieros que trabajan en VENG fueron estudiantes y han sido becarios nuestros al inicio del proyecto, en 2007; incluso algunos ahora son como gerentes”, detalló el decano sobre el rol de la UNLP, y agregó que a partir de esta iniciativa han surgido diversas empresas y desarrollos.