

Se han vuelto casi imprescindibles para la vida de muchas personas. Al momento de pedir algo para comer o enviar algo a otra persona son los encargados de cumplir el objetivo. En épocas de pandemia por el COVID-19 fueron declarados esenciales. No obstante, padecen la inseguridad casi a diario y también la precarización laboral. Estamos hablando de los repartidores, ya sea de las aplicaciones o de locales comerciales.
Info Blanco Sobre Negro habló con un repartidor de La Plata, Nicolás Krawec, para conocer un poco más sobre la realidad de este sector de la economía.
“Es un desastre como nos están robando, no sabemos qué hacer, no hay manera que dejen de robar, muchos de los pibes que roban son menores”, denunció el trabajador, y agregó que las zonas más peligrosas son Los Hornos y el casco urbano.
“Desde que está la toma Los Hornos está mucho peor de lo que era antes”, añadió Krawec en referencia al nuevo asentamiento en el ex Club de Planeadores.
Ante la consulta de este medio sobre si han tenido reuniones con la Policía o funcionarios, el repartidor señaló que “los compañeros del centro están más conectados, pero nunca agarraron a nadie de los que roban”.
Por último, además de la inseguridad, Krawec denunció los “bajos sueldos” y recalcó que se están pagando tres mil pesos por turno de cuatro horas, de lo que hay que sacar para la nafta y los eventuales arreglos de la moto.