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Política | 18 nov 2023

Un jurado condenó por unanimidad al remisero de La Plata que torturó y asesinó al novio de su ex pareja

La pena que deberá cumplir será informada en los próximos días por el juez técnico del TOC 3. El criminal se llama Gabriel Landivar y fue juzgado por un jurado popular. Tiene 64 años y no soportó que su ex pareja se pusiera de novia con la víctima, de 49 años, que usaba silla de ruedas. La mujer sobrevivió para narrar una historia de machismo, celos, horror y muerte.


Un jurado popular condenó por unanimidad a Gabriel Adrián Landivar, el remisero de 64 años acusado de torturar y asesinar a Fernando Waldemar Guerra, un uruguayo de 49 años que al momento del crimen era novio de su ex pareja. El crimen ocurrió en La Plata en 2018. La ex mujer del acusado logró sobrevivir, participó en el juicio y contó detalles del horror.

Landivar fue declarado culpable del delito de “homicidio simple”, y por el ataque a su ex pareja por “tentativa de homicidio triplemente agravado por mediar violencia de género, por el vínculo y con alevosía”.

El veredicto del jurado popular, compuesto por 12 personas, comenzó el viernes a la tarde y se extendió hasta la medianoche.

El juez técnico a cargo del caso es Andrés Vitali, titular del Tribunal Oral y Criminal N°3, es quien decidirá la pena que deberá purgar Landivar.

La fiscalía anticipó al sitio de noticias TN que intentarán llegar a la condena máxima por esta calificación, que podría ser de entre 10 a 45 años. Se definirá la semana que viene en una audiencia entre las partes.

Durante la última jornada Landivar declaró ante el jurado, pidió perdón a los familiares de la víctima y dijo estar arrepentido, aunque se negó a responder preguntas de la fiscal de juicio, Victoria Huergo, que llevaba adelante la acusación.

En su declaración, el acusado aseguró que en el momento del trágico suceso “solo escuchaba la voz" de sus hijas pidiéndole que la salve a su ex pareja. 

Por eso la defensa intentó argumentar que el crimen ocurrió bajo el cuadro de “emoción violenta”, descalificó a peritos y se cruzó con el juez técnico a los gritos.

Mientras que la fiscalía sostuvo durante todo el debate que el crimen fue premeditado, motivado por el deseo del victimario de impedir que la mujer y su novio se llevaran a sus hijos a Uruguay. “El imputado obró de manera planificada, organizada y a traición. Este plan solo falló porque su ex sobrevivió”, dijo sobre el final de su alegato.

La autopsia reveló que Torres Guerra, un hombre que usaba silla de ruedas, fue asesinado por asfixia en la casa compartida con la ex pareja de Landivar.

En su testimonio, el acusado negó las acusaciones de tortura hacia ella, y afirmó desconocer “por qué la ex pareja testificó falsamente”.

“Al momento del hecho, solo escuchaba en mi cabeza la voz de mis hijas pidiéndome que las salve. Estoy arrepentido y le pido perdón a la familia de la víctima. No soy un torturador ni un controlador como ella dijo”, expresó.

La sobreviviente declaró en una de las cinco jornadas del juicio y dijo que la relación con Landivar era violenta, no solo física, sino también económica.

“Teníamos que usar las cuentas compartidas, él se ocupaba de la economía y al principio no me dejaba estudiar peluquería, nos separamos cuatro veces”, aseguró.

La mujer contó que siempre la amenazaba y que una vez había intentado matarla. “Me quiso atropellar varias veces y se quedaba vigilando con su auto estacionado todos los movimientos que había frente a mi casa”, describió.

Además, confesó ante el jurado que cuando eran pareja él la manipulaba. “Tenía sexo con él cuando él quería, me controlaba siempre y si no le hacía caso se enojaba. Incluso, la noche del hecho me agarró de los pelos intentando que le practique sexo oral a la fuerza”, reveló.

Sobre el crimen de su novio, la mujer lo recordó con suma tristeza y le reprochó haberse aprovechado de un hombre que no podía defenderse por su problema físico: “Landivar mató a una persona con discapacidad y atada de manos a una silla de ruedas”.

En el juicio también declararon los hijos del acusado, Maximiliano y Camila Landivar, que tomaron la palabra en su defensa.

Maximiliano destacó que, a pesar de los errores, “siempre fue un gran padre presente en sus vidas”.

Camila compartió su versión de una “familia feliz” después de la separación entre su padre y su expareja.

 

Una picana en el bolsillo para torturar

El brutal crimen ocurrió durante la madrugada del 6 de octubre del 2018, en una casa de La Plata. En esa propiedad vivía la expareja del acusado, identificada en la causa como E. R., de 37 años.

Ella y Landivar habían tenido una relación sumamente tóxica, que terminó con un divorcio conflictivo. Sus dos hijos, de tres y nueve años en ese entonces, se habían quedado a vivir con ella.

Después de varios meses sola, la mujer había comenzado una nueva relación con Fernando Waldemar Torres Guerra, un uruguayo de 49 años. Se conocían hacía muchos años, pero recién en ese último tiempo habían decidido dar un paso más en el vínculo. Landivar nunca aceptó la separación.

“Mientras estés vos acá y él en Uruguay, todo bien. Si viene, la cosa va a cambiar”, le habría advertido.

El ex marido cumplió con su amenaza. Fernando fue asesinado en la casa de su novia. Había vuelto del país vecino ese mismo día. Alrededor de las 1 de la mañana, se escuchó una fuerte explosión y ambos se asustaron. Era Landivar, que había logrado romper la puerta de una patada. El hombre vivía a solo una cuadra, lo que presupone que estaba acechando la vivienda.

El remisero entró con un arma en la mano y en la otra tenía una bolsa con guantes de látex y precintos en su interior.

La mujer comenzó a gritar y a pedirle que se fuera, pero lejos de hacerle caso, la agarró del cuello, le dio los precintos y la obligó a atar a su novio de las manos. Es que Torres tenía una discapacidad motriz, por lo que usaba una silla de ruedas. Entonces, el hombre de 39 años no pudo levantarse ni defenderse.

Después de maniatar a su novio, el hombre comenzó a golpear a su exmujer y también la ató con cinta aisladora. Cuando ya los tenía indefensos, comenzó a interrogarlos y a torturarlos. “Te planchaste el pelo. ¡Mirá cómo se produce para vos! Para mí nunca te pusiste así”, le habría reprochado.

También le preguntó qué relación tenían, pero a medida que la víctima iba respondiendo, él se enfurecía más y más. La tortura no cesaba, tanto que hasta los amenazó con atacarlos con una picana que sacó de su bolsillo.

Después del interrogatorio, Landivar usó la bolsa de nylon para asfixiarlos. “Se las colocaba hasta que la bolsa se metía adentro de la boca. Luego se la sacaba. Y así como 4 veces”, contó una fuente a TN. No solo eso, sino que también sacó una manguera transparente, se la puso en el cuello a Torres y trató de ahorcarlo.

Por último, y como si fuera poco, Landivar tomó una jeringa que adentro tenía “un líquido blanco”, según declaró la mujer, se los dio de tomar y al rato ella perdió el conocimiento. Cuando despertó, estaba en la cama y vio a su novio tirado en el suelo, sin ropa. No respiraba. La mujer entró en pánico y llamó a la policía.

En la escena, los agentes encontraron evidencia de sobra, incluyendo blisters de ribotril y dinero disperso. Rápidamente, dispusieron un operativo cerrojo y arrestaron al agresor en la zona de 44 entre 148 y 149. Iba manejando su auto, un Chevrolet Aveo, donde hallaron la misma cinta negra con la que ató a las víctimas y una culata de madera recortada con cargador calibre 22.

Después en un allanamiento en su casa  encontraron dos pares de guantes de látex negro que estaban guardados en la mesa de luz, junto a 2.500 pesos uruguayos que se presume le robó a Fernando.

También hallaron un rifle calibre 22, y la ropa que vestía cuando atacó a las víctimas: una camisa celeste a cuadrillé, un jean claro y zapatillas balance negras. Además, secuestraron una manguera transparente.

La mujer logró sobrevivir y pudo contar detalles del calvario que sufrió adentro de su propia casa. Después fue llevada al cuerpo médico porque tenía golpes en la cara, en el ojo, en la boca y en los cachetes. Sin embargo, la pericia toxicológica no pudo constatar que había droga en su cuerpo.

“No se encontró la presencia de ninguna sustancia de interés toxicológico”, describieron los peritos. Pero desde la fiscalía detallaron que no se pudo detectar, ya que no había suficiente volumen de sustancia para que sea revelada por el análisis de sangre.

Por su parte, la autopsia al cuerpo de Fernando arrojó que la muerte se produjo por “asfixia mecánica por compresión cervical externa”.

Además, revelaron que el asesino no tenía lesiones en su cuerpo. Para la fiscalía, esto refuerza la narrativa de un ataque despiadado, donde las víctimas, maniatadas e indefensas, no tuvieron oportunidad de resistirse.

Landivar fue indagado esa misma noche en la comisaría y confesó: “Lo maté porque quería llevarse a mis hijos a Uruguay”. 

 

Fernando Torres fue asesinado por asfixia. (Foto: Facebook)

Fernando Waldemar Guerra

 

 

La fiscal Victoria Huergo llevó adelante la acusación. (Foto: TN)

 

 

Fuente: tn.com.ar

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