viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 1 dic 2014

de la Agrupación "Hijos del 55"

OPINION: "Coyuntura Preelectoral"

La Argentina es hoy, protagonista en la construcción de un nuevo tablero de poder mundial multipolar. Este tablero nos ha permitido estrechar vínculos económicos con países de África y Asia que rompen con profunda contundencia el ideario imperialista norteamericano de “América para los americanos” y que tuvo a los países del sur del río Bravo como patio trasero de esa América.


El inclaudicable, inteligente y estratégico posicionamiento político y económico del gobierno argentino ante el poder internacional, que se expresa en: la quita de la deuda, el no pago a los fondos buitres, en la destacada participación argentina en las distintas cumbres del poder internacional, en la relación con Rusia y con todo el BRICS, en la estrecha relación con gran parte de los países de la región, en la creación del UNASUR y otros organismos regionales; hace que los avances internacionales a favor de las soberanías económicas de los países y de sus regiones, hoy puedan ser defendidos como bloque y que cada país tenga la necesidad interna de defender y profundizar estas políticas dado que el retroceso de una de las partes debilitaría profundamente al resto.
De allí, que esté claro que el triunfo de Dilma en Brasil fortalece el proceso político de Argentina, como también lo hace la continuidad del chavismo en Venezuela, Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, Bachellet en Chile, el Frente Amplio en Uruguay.

Esta situación de dependencia entre los distintos estados podría ser analizado por algún neoliberal como pérdida de soberanía, pero la realidad es absolutamente inversa a esa lectura tendenciosa y malintencionada. En estos años cada país ha ganado soberanía política y económica respaldándose en el conjunto, redituando esto en democracias más fuertes, con respaldo internacional real y concreto, respaldo que no viene acompañado de injerencia externa como nos tenía acostumbrado el imperialismo. Esta fortaleza de las democracias autóctonas conlleva como valor agregado, la recuperación del poder político como fuerza real de ideas y acción, que tiene como objetivos la recuperación de los recursos naturales para beneficio del pueblo, y principalmente el avance del bienestar social. Es claro que el actual proceso político que se da en gran parte del cono sur, avanza en la construcción de una región socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

La Argentina es parte importante de este proceso histórico y el próximo año se enfrentará a elecciones ejecutivas nacionales, luego de 12 años de construcción del Proyecto Nacional y Popular. La oposición apátrida tiene la oportunidad de retomar el rumbo neoliberal, y si bien ostenta grandes poderes (monopólicos, mediáticos, judiciales, represivos, parte de la iglesia y de la producción) como para poner en jaque al gobierno, aun no lo ha logrado. Y no porque no se lo haya propuesto, todo lo contrario. Ha impulsado saqueos, levantamientos policiales, corridas cambiarias, devaluación de la moneda nacional, alza de precios y operaciones internacionales cuyo exponente máximo es la operatoria de los fondos buitres con Grieza.

En síntesis, la región necesita de la continuidad del camino emprendido por Argentina como parte garante del armado geopolítico y también por la incidencia mundial del actuar de la política argentina.

En el plano de la política interna, podemos mencionar someramente algunas situaciones que justifican la continuidad del modelo:

Miles de pequeñas y medianas empresas se han recuperado en la década ganada y, claro, aun lo siguen haciendo. Miles de empresarios se han enriquecido y ven florecientes a sus industrias. Si bien hay problemas derivados, algunos de la crisis internacional y otros del boicot golpista del cipayismo corporativo y el gorilaje, estas PyMes necesitan de la continuidad del gobierno.

La recuperación de la producción trajo aparejada la recuperación de miles de puestos de trabajo, del poder adquisitivo del salario, posibilitó implementación de la asignación universal por hijo y la jubilación en un sistema de reparto con reajuste automático.

Los millones de argentinos y argentinas históricamente excluidos, que recuperaron derechos al encontrar empleo o la protección social de un Estado inclusivo, necesitan de la continuidad del modelo.

La última década ha generado cambios culturales profundos y ha ganado a millones de compatriotas pensantes que tienen en sí la semilla de la resistencia a cualquier cambio de rumbo. Muchos de ellos de forma consciente y abierta, y muchos más de forma embrionaria y latente. Hay un proceso de transformación y consolidación de nuevas hegemonías culturales, que necesita avanzar y profundizarse.

Entonces tenemos poder internacional, poder en sectores económicos / empresariales nacionales, tenemos a los trabajadores y tenemos millones de compatriotas que recuperaron derechos, ganaron justicia social y conciencia política. Y fundamentalmente tenemos construcciones político sociales nacidas al calor del fuego kirchnerista, desde las más pequeñas como la nuestra, a las que se precian por su número, y sobre las que debemos preguntarnos: ¿Cuál es el rol que cumplimos en la actual etapa pre electoral para garantizar la defensa y profundización del Proyecto Nacional, Popular y Revolucionario?

Hemos mencionado algunos de los intentos de derrocamiento del actual modelo por parte de los sectores oligárquicos, pero lo que aún no hemos dicho, es que uno y cada uno de ellos han sido enfrentados y puestos en caja por el gobierno nacional. Cristina no ha bajado ni una de las banderas en esta batalla y sigue sosteniendo, y en algunos casos profundizando, lo alcanzado.

Las organizaciones políticas sabemos que todas las conquistas y avances de los últimos 11 años pueden ser borradas por la oligarquía. No de un plumazo, como dicen algunos, pero sí pueden ser borradas y pueden llevar nuevamente a la nación al punto de la disgregación.

Desde nuestra organización, HIJOS DEL ’55, afirmamos que:

En la provincia de Bs As, lugar donde residimos, se han sostenido a rajatabla los beneficios de las minorías en desmedro de las mayorías.

El gobernador Daniel Scioli no ha avanzado, como se lo pidió Néstor en su momento y luego Cristina, en grabar impuesto a los que mayor riqueza o ganancias tienen.

No ha avanzado en depurar el aparato de represión institucional policial y lo ha fortalecido, siguiendo lineamientos neoliberales punitivos/represivos en políticas de seguridad.

Ha hecho reiteradas alusiones a la enmienda de las leyes de defensa nacional, seguridad interior e inteligencia nacional para conceder una vez más tareas policiales a las Fuerzas Armadas.

El gobernador Daniel Scioli nos ha demostrado, no sólo al reunirse con Magnetto o tener opiniones a favor de la dictadura, si no en hechos muy concretos como el vaciamiento de los sistemas de salud y educación, que está en la vereda de enfrente a los intereses del proyecto nacional, enfrente a los intereses del pueblo.

Mientras el sciolismo ha sostenido la defensa del modelo neoliberal en la provincia de Buenos Aires; desde el Proyecto Nacional y Popular luchamos por los derechos de las mayorías para alcanzar la justicia social, poniendo al capital al servicio de lo social; hemos recuperado puestos de trabajo y nivel adquisitivo de los asalariados, hemos construido respaldo internacional y defensa de la soberanía, hemos recuperado a sectores del empresariado nacional, y desarrollado políticas de protección social para amplios y diversos grupos vulnerables. Hemos construido la subyacente cultura nacional, entendiendo a Nación como Pueblo.

Teniendo en cuenta el crecimiento de la imagen positiva de la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner y lo payasezco de la oposición, no hay ningún motivo político para regalarle al sciolismo la posibilidad de obtener más poder en la Argentina.

En esta coyuntura sólo se escuchan “argumentos” de supuestas intenciones de voto. El basarse y someterse a encuestas, “porque cuando hay elecciones la primera obligación es ganarlas”, y analizar el futuro sólo desde esta mirada, ofende a Néstor y nos denigra a meros yupis subneoliberales. El silencio de algunos para ocultar la verdadera situación de la provincia de Buenos Aires y la responsabilidad de la gestión de Scioli, es explicado desde una supuesta “lealtad” y un falso argumento de defensa del proyecto, que sólo esconde mezquinas apetencias personales para el sostenimiento de pequeños espacios de poder.

Para Hijos del ’55 la ecuación es sencilla: debemos enfrentar el próximo periodo electoral levantando las banderas del peronismo, las banderas que Néstor, Cristina y los compañeros del poder ejecutivo defienden día a día, y con esas banderas enfrentar a todos los que con sus hechos las combaten.
Nunca votaremos, y mucho menos acompañaremos, a nuestros enemigos.
En lo individual y en lo colectivo es lo que pensamos y asumimos, como Peronistas, como Kirchneristas.

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