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Información General | 28 jul 2021

COVID-19

Un investigador aseguró que con el 75% de la población vacunada se conseguiría la "inmunidad de rebaño"

Entrevista a Mario Lozano, investigador del CONICET


    Mario Lozano, investigador adjunto del CONICET, señaló en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM, que “es muy importante entender que todos debemos colaborar con la campaña de vacunación ya que no sólo es un medio de protección individual -porque los vacunados evitan las formas más graves de la enfermedad-, sino que también es un medio de protección colectiva". Argentina logró, en estos días, llegar al 50 por ciento de la población con al menos una dosis, lo que, según los especialistas, es clave para evitar futuros brotes de COVID-19. Hasta el momento, hay 24.096.445 personas que ya cuentan con una dosis de las vacunas mientras que 6.133.940 tienen la segunda dosis. "De acuerdo a cálculos previos, alrededor de dos millones de vacunas por mes era una excelente velocidad. Actualmente, estamos casi duplicándolo", indicó el Doctor en Ciencias Bioquímicas, docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, Mario Lozano. "De seguir así, vamos a estar mucho mejor preparados para el aumento de casos que supondría la llegada de la variante Delta, que posee mayor capacidad de contagio", especificó Lozano. Para entender la magnitud de la variante Delta, hay que observar el caso de Gran Bretaña. Tenía a la mitad de la población vacunada con dos dosis, y solo mil casos diarios, hasta que la llegada de la variante Delta hizo subirlos a más de 10 mil o 20 mil por día. Sin embargo, observó Lozano, "la cantidad de fallecimientos no aumentó en la misma proporción, lo que implica que la vacunación está funcionando y muy bien. Si bien hubo algunos fallecidos, la cifra es muy baja y es un porcentaje normal en estos procesos". "No existen tecnologías cien por ciento seguras y, sobre todo, cuando se trata de personas que están muy en contacto con cantidades grandes de virus, o personas que son malas respondedoras a la protección de la vacuna", especificó el investigador del CONICET. En cuanto a la inmunidad que dan las vacunas, Lozano indicó que "hay que seguir realizando estudios pero, en general, es un proceso que dura mucho tiempo. En el caso de las vacunas contra la gripe, por ejemplo, tenemos que repetirlas todos los años". "Esto no es porque la inmunidad de esas vacunas se pierda inmediatamente, sino porque el virus de la gripe cambia tan rápidamente que hace que la protección de las vacunas del año anterior no sea útil este año. Los coronavirus cambian, pero no tanto, así que es probable que la inmunidad dure un poco más de un año", agregó el Doctor en Ciencias Bioquímicas. Cuando tengamos vacunados y protegidos a alrededor del 75 por ciento de la población, según Lozano se va a poder conseguir lo que se llama “inmunidad de rebaño”. Eso significa que, por más que ingrese un nuevo virus al territorio, le va a costar mucho generar un brote porque le va a resultar difícil encontrar individuos susceptibles. Además, aunque algunos puedan contagiarse, la generación de un brote necesita que haya mucha gente en condiciones de ser infectadas, situación que no sería posible en ese caso. De esta forma, toda la población está protegida, incluyendo a las personas que no pueden vacunarse porque tienen alguna enfermedad inmune que hace que las vacunas no funcionen en ellos o algún tipo de enfermedad metabólica que les impida utilizar las vacunas. Sobre quienes no quieren vacunarse, Lozano indicó que "es fundamental entender que, si bien ninguna tecnología sanitaria es cien por ciento segura y eficiente, las vacunas que estamos utilizando son muy seguras". "Las reacciones graves son mínimas, mucho menores que de la mayoría de los medicamentos que usamos sin leer los prospectos. Si leyéramos los prospectos tendríamos tanto miedo como tienen algunas personas cuando se les dice que ciertas vacunas pueden generar trombosis", manifestó el investigador. El caso de Astrazeneca La Agencia de Medicamentos Europea (EMA) hizo un análisis de los posibles trombos que se generarían con Astrazeneca en un total de 34 millones de personas vacunadas y encontraron 222 posibles casos de trombos. "No aseguraron que sea una posibilidad segura, lo suman para dar el número máximo, pero solo 18 fueron graves", indicó Lozano. Siempre las vacunas ofrecen mejores soluciones que problemas. Aún en esos casos graves, las personas podrían haberse protegido de haber estado atentas a los síntomas que producen los trombos: dolor de cabeza que empieza tres días después de la vacunación y que al acostarnos se intensifica", agregó el docente de la Universidad Nacional de Quilmes. "Adquirir el virus, aún en las poblaciones más jóvenes, resulta más peligroso que cualquiera de los efectos secundarios que genera la vacunación", finalizó el investigador.
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