Ariel Stancati padece paraganglioma, un tipo de cáncer que afecta la parte ósea del cuerpo. Le indicaron un medicamento importado pero ANMAT demora la autorización de su importación. Ariel tiene 35 años y es docente en una escuela primaria de La Plata. Por la complejidad de su enfermedad, el caso fue abordado por un ateneo interdisciplinario compuesto por expertos. El equipo le prescribió un tratamiento con cuatro dosis de Lutecio777, una droga importada de Alemania. Para poder traerla al país, el proceso requiere la aprobación obligatoria de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). El docente comenzó se aplicó la primera dosis en enero y la segunda en abril. Desde hace un mes tramita la autorización para importar la tercera aplicación pero ANMAT no da ninguna respuesta. Ariel explicó que debe aplicarse la siguiente dosis a fines de junio. “Ya va más de un mes de iniciado el trámite y no tengo respuesta alguna de parte de la entidad. No me dan explicaciones claras de por qué no me lo otorgan y la mayoría de las veces directamente no responden mis correos e intentos de averiguación”, planteó con desesperación. Y agregó: “ANMAT no da señales de vida, escribo por correo a la médica, a la abogada, pero nadie responde. La poca información se la dan a mi médica, con explicaciones vagas de que están tratando otras cuestiones, pero no me dan ninguna precisión”. El joven docente aseguró la interrupción del tratamiento pondría en riesgo su vida. “Mis médicos me explican que es fundamental realizar el tratamiento en tiempo y forma. La interrupción pone en riesgo mi salud, ya que con la discontinuidad el fármaco no tendría el efecto esperado al no estar aplicado como corresponde”, demandó.