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El Conicet informó que causó "enorme sorpresa" cuando notificaron a los investigadores que ganaron "un importantísimo premio internacional".

La Medalla Senior Moulton 2021 es otorgada por la Institución de Ingenieros Químicos (IChemE, por sus siglas en inglés), una entidad afiliada a la Federación Europea de Ingeniería Química.

El equipo pertenece al Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA, CONICET-UNLP-CICPBA) y está integrado por el becario John Pérez Calderón y las investigadoras del CONICET Noemí Zaritzky y María Victoria Santos.

"Cabe mencionar que esta última se desempeñaba hasta hace dos años en el CIDCA, aunque actualmente tiene lugar de trabajo en el Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET Patagonia Norte)" señalaron desde el organismo.

El trabajo premiado fue publicado a fines de 2019 en la revista Food and Bioproducts Processing y "consiste en la optimización del proceso industrial de vegetales precocidos congelados mediante el desarrollo de un modelo matemático que permite predecir la temperatura en función al tiempo en cada una de las etapas, sin descuidar la calidad de los alimentos" se informó.

"Lo más interesante –coinciden los autores– es que, contrario a lo que suele suceder con este tipo de distinciones, en que los propios investigadores se pueden candidatear, ellos fueron elegidos sin postularse y por unanimidad por el comité evaluador entre cientos de artículos de libros y encuentros científicos de todo el mundo" señalaron desde el Conicet.

IChemE es una organización de profesionales de ingeniería química que tiene 35 mil miembros en más de 100 países, y que apoya a la disciplina mediante premios y otras acciones a través de un equipo de expertos con sede en Australia, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y el Reino Unido.

La Medalla Moulton se entrega anualmente desde 1929 en las categorías Senior y Junior a los trabajos más destacados en el último año.

En su dictamen, el comité calificó la investigación local como “un muy buen ejemplo de ingeniería química clásica aplicada a un problema complejo en alimentos”, y destacó: “La publicación reúne sofisticados modelados con ensayos experimentales desafiantes. Está bien escrita y sirve como recordatorio de cómo los principios de la transferencia del calor se aplican a un gran rango de materiales”.