Por: Federico García

En lo que va del 2024 cerraron varias librerías de La Plata, entre ellas Ulpiano, Scotti, Papiros, El Aleph de calle 12 y Cariño de Villa Elisa. Otras cambiaron su forma de trabajo al cerrar los locales a la calle para pasar a la modalidad de showroom. La suba de los alquileres, los aumentos en los servicios y la fuerte caída en las ventas son algunos de los motivos. 

En diálogo con Info Blanco Sobre Negro, la librera Menna Grimal contó que le resta un año de alquiler, pero que la luz "pasó de costar entre 8 y 10 mil a valer 45 mil pesos", y los tributos a la AFIP ascendieron a "50 mil pesos".

"Tuve una baja de 20 por ciento en las ventas con respecto al año pasado, pero en otras librerías la caída es de 40 por ciento", detalló Grimal, dueña de Libros de Ninguna Parte, en la calle 13 N° 266.

Vale aclarar que comprender esa situación que un libro de una editorial importante cuesta entre  20 y 30 mil pesos.

 

 

Además, la crisis también llegó a las editoriales independientes, que venden la mitad de sus publicaciones en las librerías como la que tiene Grimal, quien sostuvo que "redujeron la cantidad de ejemplares de cada libro a la mitad". 

Además, la comerciante platense resaltó que "mientras que en 2023 se publicaron unos 1700 libros, en lo que va del año las editoras arañan los 400, lo que representa una baja de 80 por ciento", y en algunos casos "les piden a los autores que reduzcan la cantidad de palabras para no gastar tanto en papel". 

En ese marco, la dueña de "Libros de Ninguna Parte" busca alternativas de venta online a través de su propia página, de Mercado Libre y de las redes sociales. 

 

 

Por otro lado, ubicada en la calle 42 entre 8 y 9 de la capital bonaerense, está la Librería Cuarto Propio, atendida por Guadalupe Reboredo, que también dialogó con este medio sobre la situación de su comercio.

"Estamos atravesando una crisis muy grande de consumo, el poder adquisitivo está muy afectado y lo que no es esencial es lo primero que se recorta. Como librera (y los libreros en general) no entendemos que la lectura sea un lujo, pero si no sobra dinero, no sobra", manifestó Reboredo, que sí destacó la cantidad de gente que se reúne en torno a las librerías, "que actúan como centros culturales". 

En ese contexto, valoró la Ley 25.542, conocida como Ley de Protección de la Actividad Librera,"que permite que los comercios chicos, es decir, las librerías de barrio, puedan competir con las grandes cadenas", una herramienta que el gobierno nacional busca derogar.

Según la dueña de Cuarto Propio, la norma "establece un precio unificado de un mismo libro, que imposibilita que estas últimas hagan dumping", práctica comercial que consiste en vender un producto a un precio inferior al normal o al coste de producción, con el fin de eliminar a la competencia y quedarse con todo o gran parte del mercado.

 

 

"Si las grandes cadenas bajasen los precios sería para eliminar la competencia. Eso lo vemos con el Grupo Planeta", explicó Reboredo. 

"La ley permite que haya mucha más oferta editorial, porque las cadenas funcionan más que nada con los grandes grupos editoriales, es un mercado que está bastante monopolizado. Las librerías de barrio trabajamos más con editoriales más chicas y su visibilidad permite que tengan más recorrido", concluyó.